El lugar de San Antón, en A Modia, fue escenario ayer de una de las romerías más "enxebres" de O Salnés, como es la que los vecinos dedican a San Antonio Abad, patrono de los animales. Algunos de sus ingredientes más singulares son la suelta de palomas mensajeras de Marcelino Varela, un viticultor de la parroquia aficionado a la colombofilia, la subasta de los "pezuños" de cerdo y otros donativos al santo, y el reparto a medianoche de rosca, chocolate caliente y "queimada" de aguardiente.

Los actos festivos empezaron con un ligero retraso con respecto a lo previsto por la llovizna. Pero finalmente, pudieron lanzarse los fuegos artificiales y salieron los dos grupos folclóricos que se encargaron del pasacalles, y que recorrieron toda la parroquia cambadesa de Vilariño, que es donde se encuentra la capilla de San Antón.

A mediodía, en el lugar se habían apostado cientos de personas para asistir a la misa solemne en honor al santo. Su fiesta es el 17 de enero, aunque en A Modia suelen hacérsela el primer sábado después de ese día. Se trata de una romería que llegó a desaparecer durante un tiempo, pero que hace unas tres décadas retomaron un grupo de vecinos del lugar, entre ellos Benito Parracho, fallecido el verano pasado.

Tras la misa salió la procesión con el santo por el atrio de la capilla, y al recogerse ésta fue el turno de las palomas de Marcelino Varela, que esta misma semana quedó cuarto en un campeonato internacional de colombofilia celebrado en Huesca. Sus palomas habían ganado previamente los certámenes gallego y español en las categorías de Belleza (celebrados en Cambre y Huesca, respectivamente), y en el evento internacional solo fueron superadas por las aves de tres criadores portugueses.

Varela soltó un centenar de palomas mensajeras en el atrio de la capilla, en uno de los momentos más bonitos de la fiesta. El cambadés, de 54 años, cuenta que empezó a criar palomas mensajeras con la intención de competir con ellas en 1994, y que en la actualidad tiene unas 150. "Siempre me gustaron mucho las palomas. Ya de niño eran mi animal preferido".

El colombófilo, miembro del club Ría Pontevedra, que tiene su sede en Placeres (Pontevedra), explica que hasta los seis meses, entrena las aves en casa, y que es a partir de esa edad cuando las saca para que realicen vuelos de hasta una decena de kilómetros de vuelta a su palomar. Con el tiempo va aumentando la distancia, y palomas suyas ya han recorrido más de un millar de kilómetros entre Barcelona y Cambados. "Desde el lugar de la suelta hasta Cambados hay unos 900 kilómetros en línea recta, pero al final harían unos 1.200 porque estas palomas no sobrevuelan los Pirineos y al llegar a ellos se desvían hacia el sur", relata Marcelino Varela.

El cambadés niega que se trate de una afición cara. "Está al nivel de la caza o de la pesca, depende de adonde quiera uno llegar. A quien le guste tener palomas mensajeras ya puede competir perfectamente con 20 o 25. Es más, incluso puede competir mejor que uno que tiene 100, porque a las palomas, como a las personas, no les gusta el hacinamiento".

Las "poxas"

Otro de los momentos más destacados de la fiesta de San Antón son las "poxas", que se hacen con donativos dejados por los vecinos al santo. En la jornada de ayer se vieron desde conejos a gallos, pasando por una oca y los clásicos "pezuños". Estos últimos se subastaban en lotes de cuatro, y salieron a un precio de entre 15 y 20 euros. En el caso de los conejos, el precio medio fue de 20 euros la pareja, y por los gallos de corral se pagó de media entre 35 y 40 euros, aunque se llegaron a pagar 55 por uno de los mejores ejemplares.

Ya por la noche, la comisión que preside Eulogio Ambrós, tenía previsto repartir durante la verbena la "queimada" hecha con 60 litros de aguardiente, 50 kilos de rosca, y más de 40 litros de chocolate caliente con el fin de conjurar el frío.

Además, se iban a sortear más de 300 euros entre los vecinos de la parroquia, para quienes se colocó una carpa para disfrutar bajo ella de la música de dos orquestas.