Los temporales de hace un par de inviernos sacaron a la luz unos restos arqueológicos en el islote cambadés de San Sadurniño. Y ahora amenazan con destruirlos. El anterior grupo de gobierno había protegido los restos de una supuesta estructura castrexa que se aprecia a la derecha de la pasarela de acceso al islote con una tela geotextil, recubierta a su vez con arena, una capa de cubierta vegetal y unas piedras. Pero los temporales de principios de mes y las consiguientes mareas han arrastrado algunas piedras y la capa de arena, por lo que el geotextil ha quedado al descubierto.

Por el momento, la corriente no ha afectado a los restos habitacionales que están enterrados, pero fuentes consultadas temen que si no se toman las pertinentes medidas de protección los futuros temporales podrían dañar la tela geotextil, y posteriormente afectar al yacimiento, todavía poco conocido y estudiado.

La situación de San Sadurniño está salpicada también por la política, debido a la decisión del cuatripartito de prescindir en verano de los servicios del arqueólogo municipal, Ángel Acuña. Éste llevaba una década trabajando para el Ayuntamiento en situación irregular, puesto que pasaba una factura al mes como si se tratase de un trabajador externo, pero posteriormente firmaba sus trabajos como arqueólogo municipal, pese a que su plaza no se había cubierto mediante concurso.

El nuevo gobierno decidió cesarle, al considerar que no podía mantener esa ilegalidad. Y con la marcha de Acuña quedó en el cajón el proyecto de conservación de los restos de San Sadurniño que Acuña estaba tramitando con otras administraciones, como Costas o Patrimonio.

El proyecto pasaba por cubrir los restos con una estructura que hiciese de escollera para las corrientes, reduciendo el impacto visual de la intervención con una capa vegetal. El exalcalde, Luis Aragunde, aseguró en su día que ya tenía los permisos pertinentes para llevar a cabo la actuación, pero ésta se vio frenada posteriormente por el cese de Ángel Acuña.

Así las cosas, el Concello no adoptó ninguna medida especial para preservar el supuesto murete que habían desenterrado los temporales de hace unos años, y en el que estuvo excavando el arqueólogo municipal.

El despido se judicializó

Tampoco se sabe aún si el actual grupo de gobierno tiene intención de cubrir la plaza de arqueólogo, de gran importancia en un municipio como Cambados, cuyo Conjunto Histórico Artístico es Ben de Interese Cultural (BIC). Acuña denunció su despido en el juzgado, y la Justicia le dio la razón, al considerar que tras más de 12 años de relación laboral entre las dos partes esta ya era estable. El juez condenó al cuatripartito a readmitir a Acuña o a abonarle una indemnización de 20.700 euros, y el Ejecutivo local ha optado por esta última opción y por no recurrir la sentencia.

El cuatripartito argumenta que no quieren consolidar una situación laboral irregular, y consideran también excesivo el coste económico del arqueólogo, que pasaba una factura mensual de unos 1.200 euros y que en la teoría solo tenía un día de trabajo presencial en Cambados, los miércoles.

El gobierno apuntó tras la sentencia judicial que cubriría las funciones del arqueólogo con personal ya existente (en alusión a los trabajadores del Área de Rehabilitación Integral), aunque por el momento no se ha formalizado la decisión.

Ángel Acuña había localizado durante sus catas en San Sadurniño piezas de cerámica que según él tendrían una antigüedad de unos 2.800 años (las sitúa en el periodo conocido como Bronce final), y que avalarían la tesis de que el asentamiento más antiguo de Cambados fue precisamente San Sadurniño. El investigador sostiene asimismo que el islote perdió gran parte de su superficie por las corrientes en los últimos siglos.