Unos 700 bateeiros de la ría de Arousa volvieron a escenificar ayer, en el auditorio de Vilagarcía de Arousa, su rechazo frontal al anteproyecto de la Lei da Acuicultura y abrieron las puertas a una gran manifestación que se celebrará si la Xunta no retira el documento. Pero antes de llevarla a cabo, los representantes del sector quieren implicar a otras entidades que también se ven, directa o indirectamente, afectadas por una normativa que "no reclamábamos".

La asamblea arrancó con los representantes del sector dejando muy claro que la postura mantenida en la última Comisión do Mexillón fue clara y unánime ante los responsables de la Consellería do Mar: "Estamos en contra de la aprobación del anteproyecto, con modificaciones o sin ellas, y solo pasamos por la retirada integral del documento". También quisieron dejar muy claro que "no estamos realizando una manipulación política o que queremos vender mejillón con toxina, algo de lo que se nos ha acusado en varias ocasiones, solo decimos que esta ley va a acabar con nuestro modo de vida".

El abogado de una de las asociaciones, el vilagarciano Miguel Piñeiro, realizó una pormenorizada explicación de las cuestiones técnicas que incluye la ley y en la que, a su entender, se perjudica claramente a los bateeiros. Para empezar, Piñeiro habló de la escasa necesidad de diseñar una ley cuando la que se encuentra en vigor es de 2009, es decir, "todavía no se ha desarrollado todo el marco jurídico de la misma". A partir de ahí, desmenuzó cuestiones jurídicas, como la falta de reglamentación o la excesiva complejidad administrativa que encierra y que obligaría a los bateeiros "a estar más pendientes de los trámites burocráticos que de sus parques de cultivo". Para Piñeiro, el espíritu del anteproyecto es muy claro: "A alguien le molesta que la acuicultura esté regulada como está ahora, ya que se abre la puerta a la entrada de multinacionales, algo muy peligroso, ya que si se concentran todas las autorizaciones en manos de pocas personas o entidades, corremos el riesgo de que desaparezca todo si estas deciden marcharse después". Insistió en que el documento tiene muchas conexiones con la ley de 1993.

A partir de ahí se desarrolló un debate en el que varias voces conocidas del sector (Ramón Dios, Nito Dios, Agustín Pose o Rosa Blanco entre otros) reclamaron con insistencia la adopción de medidas contundentes, como una gran manifestación si la administración no retira, de forma inmediata, el documento.

A pesar de esas presiones, la mesa se mostró más comedida a la hora de poner en marcha medidas drásticas, advirtiendo de que en esta lucha no están solos, sino que existen más sectores afectados, como las cofradías. La intención es sentarse con todos los pósitos de Galicia y diseñar una estrategia conjunta que sirva para poner fin a la tramitación del documento, e incluso, ir más allá, tratando de implicar a la sociedad de los municipios costeros para que apoyen sus reivindicaciones, algo que ya se está haciendo vía mociones en los plenos, donde el Partido Popular, formación que sustenta el gobierno de la Xunta, también se está sumando al rechazo.

Las figuras de la conselleira do Mar, Rosa Quintana, y del director xeral de Pesca, Juan Maneiro, no salieron muy bien paradas en las intervenciones del público, ya que se les responsabiliza de querer abrir las rías a la implantación de empresas y acabar con el modelo de vida que hasta ahora ha existido en las rías gallegas. "Se non se bota abaixo este anteproxecto, quédanos moi pouco tempo no mar", esgrimía ayer uno de los bateeiros. Ni Quintana ni Maneiro son "interlocutores válidos ya para nosotros, debemos ir más arriba y hablar con el presidente, Alberto Núñez Feijóo, que es el que puede parar esto".

La indignación con el director xeral por catalogar a los bateeiros de "privilegiados" fue manifiesta durante todo el encuentro y alguno de ellos aconsejó desde la platea a sus representantes "cortar por lo sano porque van a acabar mareándonos, y si no se emplean medidas drásticas, aprobarán una ley que no hemos pedido y que no necesitamos, y eso es precisamente lo que tenemos que evitar".