Meaño y Vilanova honraron ayer a San Amaro, en lo que significó la primera romería religiosa del año en la comarca. En el caso de Meaño, la celebración tuvo lugar en la pequeña ermita del siglo XVIII ubicada en el barrio al que da nombre el santo.
La de ayer en Meaño fue una jornada centrada en una vertiente religiosa, con misas rezadas a las 10 y 11 de la mañana, así como la solemne a las 13 horas, a la que siguió la procesión y las tradicionales "poxas" de las ofrendas dejadas al santo. Entre ellas había dos excelentes ejemplares de gallos de corral que se adjudicaron por 30 euros cada uno. Naranjas, huevos de gallinas de casa, vino y licores completaron el abanico de una subasta que se repetirá hoy sábado.
Y es que aunque San Amaro tenía ayer su día propio, hoy sábado será cuando se espera más tirón. Un puñado de jóvenes y el cura párroco José Manuel Taibo mantienen así vivo un evento de tradición secular en Meaño.
En esta localidad destacan que la de San Amaro no es una fiesta al uso, porque aunque pequeña, se ha convertido en más que una romería en un encuentro vecinal plagado de retranca y humor, con una verbena del sábado con tintes muy entrañables.
Vilanova
Mientras, en Vilanova, ayer fue festivo local, lo que propició que muchos vecinos acudiesen tanto a los oficios religiosos en honor al santo como a los bares, en los que se dispensaban generosos platos de callos. Hace años se llegó a instalar una carpa para la degustación de este plato en Vilanova, pero desde hace un tiempo solo se sirve en los bares, cafeterías y restaurantes del municipio. Tanto es así que hay quien considera la fecha como una fiesta de los callos.
VER GALERÍA | Los bares dispensaban generosos platos de callos. // Noe Parga
En el aspecto religioso, hubo misas en horario de mañana y tarde -la solemne fue a mediodía, y a su término salió la procesión- y fueron muchos los fieles que acudieron a la celebración. San Amaro es el santo invocado por personas con dolencias reumáticas.
