Dentro de un proceso de crecimiento que sigue superando barreras a cada paso, el Arousa Fútbol-7 ha pasado a convertirse en un foro de investigación y desarrollo dentro del mundo del fútbol. La primera experiencia piloto en este sentido ha sido la creación de unas baloneras para aliviar el trabajo de los recogepelotas y su incidencia en el desarrollo de los encuentros que ha generado interés incluso más allá de nuestras fronteras.
La idea surgió en la pasada edición y el impacto de aquellas estructuras metálicas, de apenas un metro de alto coronadas por un balón y situadas estratégicamente alrededor del terreno de juego, se convirtió en un hallazgo con visos de poder pasar a convertirse en habitual en competiciones de primer nivel.
La emisión por internet de los partidos despertó el interés de la propia Major League Soccer. El ver el campo rodeado de balones sin afectar para nada al desarrollo del juego fue todo un impacto. Alfonso Mondelo, director deportivo de la liga de fútbol profesional de Estados Unidos mostró su total interés por esa posibilidad que elimina cualquier tipo de suspicacia respecto a las pérdidas de tiempo ya que cualquier jugador tendría acceso inmediato a un balón para reanudar el partido.
El volumen de buenas críticas recibidas por aquella estructura que culminaba con una cesta para un solo balón llevó al AF-7 a plantearse el patentar la idea que nadie se le anticipase como autores de un artículo tan simple como eficaz a la hora de que cualquier partido no pierda ritmo cada vez que el balón sale fuera del terreno de juego.
"Nos llegaron a preguntar directamente de la MLS ¿dónde comprasteis eso?. Cuando le dijimos que había sido una idea nuestra nos dijeron que querían llevarlo a su liga profesional", afirmó Alberto Diz coordinador del torneo vilagarciano.
Tras patentar el ingenioso soporte, la organización del AF-7 ha dado incluso un giro de tuerca a su invento. Las normativas de seguridad le han obligado a cambiar el aluminio utilizado en el proyecto piloto por una estructura de plástico en tres piezas que cede a cualquier impacto para preservar así la integridad de los jugadores en caso de arrollar esos soportes situados a lo largo de todo el perímetro del campo.
Alberto Diz apunta que "le dimos bastantes vueltas a la cabeza para redondear un diseño que no contravenga ninguna ley de seguridad". Del mismo modo, uno de los organizadores del AF-7 sostiene que "la producción a pequeña escala es incluso factible y se podría incluso comercializar". Estados Unidos podría ser el primer cliente.
