Marcelino Torres, depositario del sindicato, actuaba como prestamista adelantando el dinero para hacer posible buena parte de las compras. De hecho en 1919 realizó cinco aportaciones, a cada cual mayor, por un valor total de 6.812,40 pesetas. Esas aportaciones oscilaron entre las 266 y las 2.376 pesetas, siempre realizadas a un interés fijo del 6%. La contabilidad del sindicato era detallada en extremo, hasta el punto de que figuraban pagos por conceptos tales como "por telegrama de aceptación de compra y propio, dos pesetas", "por aguardiente y pan a los carreteros [que transportaron el maíz argentino desde el puerto de Vigo], cinco pesetas", "por un propio que trajo el aviso, una peseta" o "por estancia en Vigo cuatro días, ciento setenta pesetas". También aparece reflejado el "patacón" como moneda apuntando que se pagaron a Francisco Fraga "136 patacones" precisando a continuación la equivalencia.