De la contabilidad sindical también se pueden extraer conclusiones sobre los precios que regían en el año 1919. Así se desprende que el maíz negro, más barato y menos demandado, salía a 54 céntimos el kilogramo, y el blanco, más caro, oscilaba entre los 0,65 céntimos a que se adquirió en A Estrada y los 0,42 de la partida de maíz argentino, que era por su bajo coste el más demandado. Por su parte el kilogramo de abono mineral tenía un precio, portes incluidos, de 0,27 céntimos, y el kilogramo de azufre y sulfato, de una peseta