Una de las principales consecuencias del fallido proceso de venta de las antiguas naves del grupo conservero Alfageme en Vilaxoán y Ribadumia, inactivas desde hace ya un lustro, es el total estado de abandono de las instalaciones que han pasado a formar parte del patrimonio de la Administración Autonómica.

Las dos fábricas fueron adquiridas por la Consellería de Economía e Industria, a través del Igape, en subasta judicial con el fin de recuperar parte de los avales otorgados al grupo conservero para su frustrado plan de recuperación y ampliación. Desde entonces, solo en el año 2012 se abrió un proceso para proceder a la venta de las viejas naves conseveras vinculado a un plan de recuperación de la actividad industrial. A pesar de que se presentaron ofertas y una de ellas contaba con el apoyo de la representación de los trabajadores, la Administración autonómica decidió dejar desierta la adjudicación por entender que ninguna de las propuestas se ajustaba a las bases del concurso público.

Desde entonces las fábricas quedaron en un total estado de abandono, sin vigilancia, lo que provocó la visita al interior de los recintos de numerosos cacos. Los amigos de lo ajeno fueron desmantelando de a poco las instalaciones. Incluso llegaron a sustraer maquinaria que había sido vendida en subasta judicial a otros empresarios.

Pero el caso más grave ocurrió en octubre de 2013 cuando unos ladrones penetraron en la fábrica abandonada de Vilaxoán y, con el afán de hacerse con cualquier cosa que tuviera algo de valor, retiraron una pieza de cobre de uno de los depósitos de combustible de la nave. Posiblemente creyeron que, al estar la fábrica inactiva, estos contenedores se encontrarían vacíos.

La mayor de las sorpresas se la llevaron los mariscadores del área marisquera situada junto a la fábrica cuando observaron una importante mancha de fuel en el mar. Tras denunciar la situación se comprobó que el combustible procedía de los depósitos de la fábrica abandonada que habían quedado sin su válvula de cierre. Una empresa especializada tuvo que proceder al trasvase del fuel que aún quedaba en los recipientes, mientras se procedía a la limpieza de la mancha contaminante en el mar.

Tras este incidente se tapiaron las instalaciones de la vieja fábrica conservera ubicada a pie de playa en la zona de punta Preguntoiro. Pero tanto la nave vilaxoanesa, como la de Ribadumia quedaron sin ningún tipo de vigilancia, por lo que resulta un atractivo para los cacos. De hecho, los cierres de ambos inmuebles están totalmente deteriorados y los accesos han vuelto a ser forzados.

El desmantelamiento de estas fábricas ha supuesto la pérdida en su día de más de un centenar y medio de puestos de trabajo. Las dos fábricas se han convertido poco menos que en escombreras, mientras la situación laboral de esta comarca se mantiene en declive, como demuestran los datos del paro y la disminución de las actividades empresariales.