Desde las graves inundaciones de 2006, el casco urbano de Vilagarcía sigue mostrando, de forma periódica, sus problemas para evacuar el agua de las trombas de agua. Ayer no fue una excepción, ya que durante la intensa media hora en la que cayó una intensa tormenta, varias calles amenazaron con anegarse y obligaron a los servicios de protección civil del municipio a redoblar esfuerzos para evitar inundaciones. Una de las calles más afectadas fue la peatonal Rey Daviña, donde el agua llegó a entrar en varios comercios, mientras en la intersección con la plaza de Galicia, los coches tenían serios problemas para pasar. En Arzobispo Lago, la acumulación de agua llegó a cubrir la calzada, aunque sin llegar más allá.

Calles como A Baldosa, Celso Emilio Ferreiro, Conde Vallellano, López Ballesteros o calle Freixo fueron otros de los puntos de la ciudad que sufrieron los efectos de la tromba de agua.

El viento también afectó a varios tejados y cornisas, de los que se registraron desprendimientos, afortunadamente, sin daños para las personas. Los efectivos de Protección Civil tuvieron que acudir a un edificio situado en el cruce entre Eduardo Pondal y Pascual Veiga, donde se había registrado un desprendimiento. Estos también se repitieron en el edificio Lara y en un inmueble del barrio de Os Duráns.

En Vilanova, los efectivos de Protección Civil tuvieron que retirar varias ramas que amenazaban con cortar el tráfico entre Baión y el Hospital de O Salnés.