El pequeño comercio de Vilagarcía está teniendo una campaña de Navidad bastante discreta. Pero los comerciantes consultados por FARO consideran que esto se debe más a la meteorología que a la crisis económica. O esta es al menos la impresión de quienes trabajan con textil o calzado, dos de los géneros más sensibles a la situación meteorológica.

Dolores Prego, de El Baúl de Poppy sostiene que "este año la campaña de invierno está yendo muy mal, pero nos está haciendo más mella el buen tiempo en época de mal tiempo que la crisis". Eso sí, señala que "ahora empieza a haber algo más de ambiente gracias a las compras navideñas".

Ayer domingo volvió a ser día comercial, y muchas pequeñas tiendas abrieron sus puertas, al menos por la tarde. Pero no fueron todas. De hecho, en la calle Alcalde Rey Daviña, que es la principal arteria comercial de Vilagarcía, había al menos media docena de establecimientos cerrados.

Entre Rey Daviña y la plaza de Galicia se ubica la zapatería Acosta, uno de los comercios más antiguos de la ciudad. Su responsable, Luis Acosta, explicaba que él había abierto solo por la tarde. Afirma que "la campaña de Navidad de 2014 había sido mala, pero esta yo creo que incluso es algo peor", y coincide con Dolores Prego en que "la meteorología me perjudica más que la crisis". Y es que la ausencia de lluvia y frío hace que los consumidores no necesiten ciertos productos con tanta urgencia, y que a estas alturas del año ya hayan decidido esperar a las rebajas para renovar su vestuario de invierno.

Mientras, Mónica Vázquez, de Anyel´s -también entre Rey Daviña y la plaza de Galicia- manifiesta que "en general la campaña está yendo mal. Y no lo digo solo por mí. Hablo con gente que tiene negocios y todo el mundo está igual". Como sus compañeros, apunta que "el tiempo influye mucho" para quien vende calzado o ropa. Eso sí, admite que hay "días puntuales" en que las ventas repuntan. Ayer parecía uno de ellos. A media tarde afirmaba que "hasta ahora no estoy teniendo un mal domingo".

Una de las personas que entró a echar un ojo era Esther González, quien opina que "reina una apatía general, y eso influye en el ánimo y en el bolsillo".