La cría del gallo de corral no está exenta de riesgos. Uno de ellos es el "raposo". Manuel antonio Abal cuenta que el zorro empezó a rondar la finca donde tenía sueltas las aves, y que acudió inmediatamente a la perrera de Armenteira. "Cogí un pastor alemán y desde entonces el zorro no volvió a aparecer por allí", cuenta.

Otro riesgo que hay que asumir y saber manejar es el de las peleas entre los gallos, que pueden llegar a ser muy cruentas. Para evitarlas se recomienda que en la medida de lo posible, las aves anden sueltas por un terreno amplio, y que se coloquen unos obstáculos visuales para dificultar que los gallos se vean entre sí. Otro riesgo es el de no conseguir vender los gallos. En ese caso, como cuentan los criadores, no queda más remedio que tomarlo en casa y disfrutar del manjar.