La clave de los gallos de corral de Meis es que se alimentan con productos naturales y en semilibertad. Dolores Dios, por ejemplo, cuenta con una finca de unos 2.500 metros cuadrados, en la que cría siempre por encima de 15 gallos. Eso sí, el disponer de una parcela de esa extensión también tiene un inconveniente, y es que resulta más difícil de vigilar. "A mí el zorro ya me mató cinco gallos este año de día", relata.

Ana Buceta hace una valoración muy positiva de esta experiencia iniciada hace cuatro años por el Ayuntamiento de Meis. "Vamos vendiendo a lo largo de todo el año, y además es una actividad que no tiene pérdida, porque los gallos que no consigues vender te quedan para comer en casa".