El furtivismo sigue patente en las rías gallegas, a pesar de haber sido tipificado como delito y después de importantes golpes asestados a los grupos organizados e incluso a los pescadores profesionales que actúan ilegalmente.

Ni siquiera esta mayor dureza contra dicha lacra evita que se intensifique, y de manera preocupante, en fechas tan señaladas como las actuales, cuando las fiestas navideñas parecen animar a los ilegales.

Gardacostas de Galicia, Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, Policía Autonómica y los servicios de vigilancia de diferentes cofradías, al igual que la Policía Local de algunos Concellos, han intensificado el control de esta práctica ilegal, sobre todo desde que el 8 de noviembre se abriera la campaña de pesca del centollo, la especie que, junto a la vieira, resulta más vulnerable en esta época.

Esa mayor represión ha dado lugar a un incremento notable de los decomisos, y prueba de ello es que, como se explicaba hace días en FARO, en los diez primeros meses del año Gardacostas se incautó de 14.709 artes o útiles de pesca y marisqueo ilegales, junto a 144.354 kilogramos de diferentes especies, es decir, 41 toneladas más que en todo 2014.

Aún tratándose de una buena noticia, también es cierto que el hecho de aumentar los operativos y decomisos sirve para constatar que la esquilmación de las rías gallegas continúa.

Así queda puesto de manifiesto cada vez que se da cuenta de los operativos realizados por los servicios o Cuerpos de seguridad citados en carreteras, puertos, lonjas o plazas de abastos. Prueba de ello es que la semana pasada el departamento de vigilancia e inspección pesquera de la Consellería do Mar intervino 1.270 kilos de pescados y mariscos en diferentes operativos llevados a cabo en la comunidad autónoma.

Aunque hay otro dato tanto más relevante, y es que solo la unidad operativa de dicho servicio desplazada en Vilagarcía supera también los mil kilos de producto decomisado desde que comenzó la campaña del centollo.

Lo cierto es que la pesca de este crustáceo intensificó notablemente la vigilancia en las rías, y como ya se explicó en anteriores ocasiones esto permite descubrir no solo centollo pescado ilegalmente, sino otras muchas especies que corrieron la misma suerte, junto a todo tipo de redes y demás útiles empleados por los furtivos o pescadores y mariscadores ilegales.

A nivel general la Consellería do Mar hace balance de lo sucedido la semana pasada y no solo destaca la incautación de 1.270 kilos de producto, sino también la localización de 194 aparejos entre los que se encuentran 5.400 metros de artes de enmalle, es decir, las redes conocidas como miños que se emplean para capturar especies como el centollo.

En la ría de Arousa la semana se saldó con la incautación de 977 kilos, 70 aparejos de pesca y 4.400 metros de redes de enmalle, destacando los operativos llevados a cabo en Tragove (Cambados) y Meloxo (O Grove), con 180 kilos de relojito, 115 de volandeira, 46 de centollo, 38 de nécora y 12 de camarón.

A esto hay que sumar lo sucedido en la ría de Pontevedra, donde los funcionarios de Gardacostas recuperaron 240 kilos de producto y 111 útiles pesqueros, siendo los más destacados los operativos de Bueu y Beluso, con la intervención de 160 kilos de centollo, 21 de nécora, 19 de vieira, 8 de ostra y 4 de camarón, junto a 19 viveros que carecían de identificación.

La relación de la semana pasada se completa con mil metros de artes de enmalle, cuatro aparejos y 25 kilos de producto, en Ferrol; tres palangrillos con 530 anzuelos sin identificar, en Ortigueira; y el decomiso de 6 kilos de centollo, pulpo y nécora en Aldán.

Para entender mejor la enorme presión a la que están sometidos los recursos hay que insistir en lo apuntado anteriormente respecto a la unidad operativa de Gardacostas en Vilaxoán (Vilagarcía).

Desde que comenzó la campaña del centollo sus agentes recuperaron 745 kilos de este crustáceo, 206 de pulpo, 37 de nécora, diez de conguito, ocho kilos de bogavante, cuatro de camarón, uno de buey de mar, 40 de relojito y 78 kilogramos de diferentes tipos de peces.

Junto a todo ello, 270 piezas de miños con una longitud de 13.500 metros, además de la intervención de 597 nasas de nécora, camarón y pulpo.

Los funcionarios se incautaron igualmente de 53 cacharros, que es como se conoce el recipiente empleado en la captura de pulpo y, en definitiva, asestaron duros golpes al furtivismo y/o pesca ilegal, que sin embargo siguen desarrollándose hasta alcanzar niveles preocupantes en Galicia.