Hacía frío, mucho frío. Tanto el jueves por la noche, cuando salieron de puerto para largar sus nasas, como el viernes por la mañana, cuando volvieron a zarpar para levantarlas y recoger las capturas. Son pescadores de camarón y nécora como Fuensanta Moldes y David Pérez.

Intentan aprovechar al máximo estas fechas, ya que es ahora cuando las cotizaciones son más altas. Y además las capturas acompañan este año, pues como se explicó en las últimas semanas la escasez de pulpo en la ría propicia una mayor presencia de crustáceos.

Acompañar a estos naseiros permite comprobar lo sacrificado que resulta el trabajo en el mar. Como también deja vivir sensaciones y emociones muy especiales, sobre todo cuando los aparejos suben a bordo con buenas capturas en su interior.

Hay que explicar que la nasa de nécora y camarón puede ser cilíndrica o poliédrica, con una longitud máxima de 0,55 metros y una altura de 0,35. La boca de entrada en su diámetro mayor tendrá como máximo 160 milímetros.

Como se explicaba anteriormente estas nasas pescan de noche, permitiéndose el trabajo de los naseiros desde dos horas antes del ocaso del domingo hasta dos horas después del orto del viernes. Debe ser levantadas y llevadas a puerto diariamente, una vez cumplido el horario de trabajo.

Las naves "Tipo I" y "Tipo II", menos de 2,49 toneladas de registro bruto, pueden disponer de un máximo de 50 nasas, y otras 50 por cada tripulante, hasta alcanzar las 150 por barco; las de "Tipo III", que son embarcaciones de entre 2,50 y 4,99 toneladas, pueden disponer de 100 nasas, más 50 por marinero, hasta un máximo de 250 nasas; y las restantes, a partir de 5 toneladas de registro, están autorizadas para emplear un tope de 150 nasas por embarcación, con 50 por cada tripulante enrolado a bordo y jornada de faena, hasta llegar a 350.

En lo que va de año se subastaron en Galicia más de 94 toneladas de nécora, por valor de 1,5 millones de euros, tras marcar en lonja un precio máximo de 75 euros por kilo.

En cuanto al camarón común, se obtuvieron los mismos ingresos, pero en este caso tras la comercialización de 68 toneladas de un producto que, a veces, resulta casi prohibitivo. Prueba de ello es que el camarón ya marcó un precio máximo de 191 euros por kilogramo este año, y eso que aún no llegaron las fiestas navideñas.