Los "Caprichos", las dos embarcaciones del cerco de Cambados que sufrieron el sabotaje esta semana volvieron al mar en la última jornada con redes de menores dimensiones, que arreglaron a toda prisa el jueves en el muelle. Eso les obligó a reducir el esfuerzo pesquero y el número de capturas.

El patrón de una de las embarcaciones afectadas, Óscar Trigo, reitera su rabia con lo ocurrido, pero también se muestra indignado por la situación en la que está inmerso el sector del cerco. Plantea que las presiones de Acerga para dividir las zonas de pesca han sido muy negativas para el conjunto de la flota, y achaca dicha solicitud "a que no se asesoraron antes de pedirlo".

También plantea que el paro de parte de los armadores es en parte artificial "porque hay barcos que están parados por miedo", y recuerda que en Cambados conviven embarcaciones vinculadas a tres asociaciones o formas de gestionar sus capturas; esta circunstancia es prácticamente única en Galicia.

La compañía de los "Caprichos" tiene dos barcos. La tripulación de uno de ellos se percató de que les habían quemado las redes con ácido el martes, cuando fueron a Tragove a hacer hielo, mientras que la del otro se dio cuenta el miércoles por la noche, cuando iban a preparar el aparejo para pescar.