En el sector bateeiro gallego hay voces claramente en contra de la nueva Ley de Acuicultura, como las que surgen de la Organización de Productores de Mejillón de Galicia (Opmega), y otras que aún pidiendo que se detalle y analice en profundidad el nuevo articulado, no lo ven perjudicial.
Hay dirigentes del sector que llegan a apuntar que "algunos responsables de conocidas asociaciones están preocupados porque se incrementan las sanciones; peor a nosotros eso es algo que no nos preocupa, ya que cumplimos la ley". A modo de ejemplo indican los bateeiros consultados que "los que se dedican a mover mejillón con toxina de zonas cerradas a las que están abiertas lo hacen porque actualmente solo se exponen a posibles sanciones, las cuales pagan y punto; pero con la nueva ley pueden perder la batea, y no están dispuestos a tolerarlo, por eso quieren abrir una nueva guerra".
Femex
En la Federación de Mexilloeiros (Femex), dirigida por Javier Figueira, esperan reunirse con los representantes de la Consellería do Mar, "y a nosotros sí que nos sirve como interlocutor su secretario xeral, Juan Carlos Maneiro Cadillo, para que nos explique algunos puntos del nuevo articulado con los que tenemos algunas dudas y para analizar las alegaciones que hemos presentado, pero en líneas generales consideramos que esta ley puede ser buena para el conjunto del sector".
El propio Javier Figueira esgrime que "hay detalles por matizar e incluso algunas cuestiones que queremos que se hagan constar en la nueva ley, pero no creemos que sea como para desenterrar el hacha de guerra".
Se refiere así a la postura de otras organizaciones que han decidido ejercer presión para frenar la nueva normativa "sin ni siquiera esperar a que la Consellería do Mar analice las alegaciones presentadas".
Tanto en esta como en otras agrupaciones de productores sentencian que "una vez más se demuestra que algunos están más interesados en montar follón permanentemente que en debatir sobre aquellas cuestiones que puedan afectar a nuestro sector a corto y medio plazo".
