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El nuevo edificio del Hospital do Salnés prevé ahorrar el 60% de consumo de luz

Aprovecha la claridad natural e incorpora detectores de presencia -Un sistema informático calculará la intensidad y los horarios -La potencia se calcula según las necesidades

Estado del nuevo edificio del Hospital de O Salnés. // Iñaki Abella

Queda un mes para que la empresa que construye la ampliación del Hospital do Salnés finalice una obra que incorpora los más modernos sistemas de calefacción, iluminación y suministro de agua. Todo ha sido calculado al milímetro para que su eficiencia sea máxima al menos los próximos cincuenta años y por ello se han tenido en cuenta desde las circunstancias meteorológicas previsibles hasta la posibilidad de un seísmo.

En estos momentos, el nuevo bloque está casi concluido. También los accesos perimetrales y solo quedan por abordar en 2016 otras dos fases importantes, como son la conexión con el antiguo bloque y la reforma del área que se traslada al nuevo inmueble.

Cabe recordar que el nuevo edificio va a albergar por fin unas instalaciones dignas para el Servicio de Urgencias, ya que triplica su espacio actual que pasa de 500 a 1.500 metros cuadrados.

Y en este nuevo espacio también se acomodan los cinco quirófanos del centro hospitalario comarcal, con lo que la actividad de cirugía va a mejorar, junto con el bloque obstétrico.

La siguiente fase es la construcción de una unidad de día para diez pacientes, de modo que el Hospital Comarcal ofrecerá los servicios básicos que se demandan desde que abrió el centro hace casi quince años, a excepción de la unidad diálisis.

En el proyecto se ha hecho especial hincapié en dotar al nuevo edificio de un sistema eléctrico inteligente que permitirá consumir menos de la mitad que ahora.

Y ello será posible con el uso de sistemas informáticos que realizarán los encendidos de alumbrado de diferentes zonas manualmente desde el puesto de control general o desde cada subestación, o bien automáticamente por horario. El fin último es el de rebajar los altísimos consumos que se suelen producir en los hospitales convencionales.

Pero a la vez también estará monitorizado el sistema de detección de incendios, de modo que enviará una alarma informatizada de las zonas de alarma de fuego.

Con todo, el aspecto en el que más cuidado se ha tenido es en el de la gestión integral de la iluminación, que se ajustará a través de sistemas telemáticos complejos para cada una de las zonas del edificio.

Las ventajas de la implantación de este modelo es el control total que se tiene sobre el edificio, de forma que se consigue información inmediata sobre el consumo o sobre el estado de iluminación.

La fórmula que se encargó a la firma Lledó establece una estrategia de ahorro energético basado en cuatro puntos: Iluminación a medida, detección de presencia, recogida de luz natural y control de luz personal. Según la empresa, todo ello va a suponer un ahorro energético de un 60% sobre los estándares actuales.

El sistema permite a los usuarios regular fuentes de luz tradicionales, como incandescentes, halógenas, bajo voltaje y led.

Pero a la vez se permite al usuario encender o apagar las fuentes de luz no reguladas, de modo que hasta se pueden preprogramar subidas y bajadas de luz en función de la ocupación de espacios y horario diurno o nocturno.

También va a ser muy óptimo para los profesionales porque tendrán la oportunidad de seleccionar el nivel de luz correcto para el trabajo deseado y que, según los técnicos, "con frecuencia es mucho menor que la intensidad máxima".

Otra de las ventajas que se incorporan al nuevo edificio es el detector de presencia que "apaga automáticamente las luces cuando el espacio no está ocupado". Al redactarse el proyecto también se pensó en el uso de luz natural.

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