El subdirector xeral de Gardacostas es consciente de la necesidad de que la Policía Local de los municipios costeros se implique en la lucha contra el furtivismo. Los funcionarios de su departamento necesitan de la ayuda de los agentes municipales tanto para identificar a los furtivos como para evitar que el producto extraído ilegalmente se venda de forma igual de ilegal.
-La Federación de Cofradías demanda mayor presencia de la Policía Local para luchar contra el furtivismo. ¿De verdad es necesario y, sobre todo, qué pueden hacer los municipales?
-Lo cierto es que estos agentes son muy necesarios, y también que hay Concellos que ya están implicados en esta lucha, como también que en otros no disponemos de esa colaboración. Hasta ahora pedíamos el apoyo de las Policías Locales para identificar a los furtivos, que es algo en lo que también nos ayudan la Policía Autonómica y la Guardia Civil. Normalmente los furtivos se niegan a identificarse ante los miembros de Gardacostas, por eso necesitamos la ayuda de las fuerzas de seguridad, y lo que pretendemos es que la Policía Local se implique porque sus agentes son los que mejor conocen a los vecinos de sus respectivos pueblos. Pero también necesitamos a estos policías para combatir la venta ambulante, es decir, para acabar con ese menudeo que se produce a diario en nuestros pueblos. Todo el mundo sabe que hay gente que anda por las calles con bolsas de marisco e incluso con turismos y furgonetas repartiendo percebes, almejas, vieiras y otros productos de manera ilegal. Lo que planteamos es que la Policía Local colabore en los controles por carretera, por eso proponemos que se formen para saber cómo actuar.
-¿A qué se refiere?
-La tipificación del furtivismo como delito ha sido un paso muy importante, y esto requiere que todas las fuerzas de seguridad estén formadas y sus miembros sepan qué documentación deben reclamar cuando se transporta marisco y conozcan las tallas mínimas exigidas o cuáles son las especies en veda y las épocas de extracción.
-Pero todo esto también requiere de la colaboración ciudadana.
-Efectivamente. Insisto siempre en que no se puede andar comprando productos de este tipo por la calle. La gente no compra carne, medicamentos o vino en la calle, entonces la pregunta es, ¿por qué se adquiere el marisco, cuál es la razón que nos lleva a pensar que es mucho más fresco cuando ni siquiera ofrece garantías sanitarias de ningún tipo? Tenemos que concienciar a la ciudadanía de ello, pues puedo entender que alguna gente lo necesite y esté en situación delicada, pero eso de vender y comprar marisco en la calle es ya muy rancio, suena a la época del estraperlo y el racionamiento. Si conseguimos acabar con la venta fraudulenta acabaremos con el furtivismo, por eso los Concellos y sus policías deben evitar estas operaciones. Es un problema de todos, por eso además de la represión hay que incidir en la concienciación, ya que si las amas de casa y los restaurantes siguen comprando producto ilegal no podemos hacer nada. Es imposible tener un guardia o un vigilante en cada playa.
