La lucha contra la presencia de especies invasoras en el parque de Carreirón, en A Illa de Arousa, parece no tener fin. Una de las especies que prácticamente estaba erradicada, el carpobrotus edulis, más conocido como "uña de gato", ha vuelto a reaparecer con fuerza en el interior del parque, por lo que el Concello ha destinado a varios operarios municipales, pertenecientes al plan de empleo de la Diputación, a su limpieza con el fin de limitar su presencia.

A pesar de su belleza, la presencia de carpobrotus en Carreirón es una "severa amenaza" para la diversidade biológica, y en especial, para las diferentes especies autóctonas en un hábitat como este, motivo por el cual, el Concello ha puesto en marcha los trabajos necesarios para tratar de erradicarla.

La presencia de uña de gato en el parque de Carreirón no es algo nuevo. Hace ya una década, la Consellería de Medio Ambiente puso en marcha un plan de erradicación de la misma, con el que se consiguieron muy buenos resultados, ya que estuvo muy cerca de desaparecer del parque natural. Sin embargo, en los últimos meses se ha detectado una importante presencia de esta planta que ha llevado al Concello a apostar por su eliminación.

El carpobrotus no es la única amenaza, en forma de planta invasora, que se cierne sobre el parque de Carreirón. Desde hace varios años, la consellería y el Concello han puesto en marcha diferentes iniciativas para acabar con el plumacho argentino y la acacia negra, dos especies que se han asentado con relativa facilidad en la zona. La eliminación del plumacho argentino resultó relativamente fácil. No así la de la segunda de las especies, la acacia negra, de la que se pueden encontrar todavía numerosos ejemplares en el interior del parque.

La preservación del parque de Carreirón es una de las prioridades del Concello, tanto por su alto valor natural como por el gran atractivo turístico que tienen sus playas. Por este motivo, se han puesto en marcha una serie de iniciativas en los últimos años para su puesta en valor. Esas acciones fueron desde la restricción del paso de caminantes por las dunas hasta la sustitución de la valla de entrada, pasando por la mejora de los senderos interiores.

La protección del parque fue iniciada por los comuneros de A Illa, propietarios de los terrenos, en los años 80, que apostaron por una fórmula que limitase el acceso al interior como fue la instalación de la valla. Gracias a esa decisión, Carreirón se mantiene como uno de los puntos de referencia para la observación de aves, que eligen este entorno para anidar.