Desde que comenzó la campaña de pesca del centollo en Galicia, el pasado día 8, se han comercializado en lonja más de 60 toneladas de este producto por valor de 570.000 euros. La tercera parte se vendió en O Grove, donde ya obtuvieron por este recurso casi la mitad de los ingresos totales. La pregunta es, ¿qué cantidad se descarga al margen de los cauces reglamentarios? No hay una respuesta concreta, pero se trata de ingentes cantidades de crustáceo, lo cual constituye una amenaza para la especie, pero también para la propia flota de enmalle, es decir, los pescadores que emplean los miños para su captura.

A pesar de los esfuerzos y los operativos desplegados por Gardacostas de Galicia, Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona), Guardia Civil del Mar, Policía Autonómica y vigilantes de las diferentes cofradías, lo cierto es que cada día se comercializa producto de forma fraudulenta.

Especialistas en fraude

Tanto es así que resulta relativamente sencillo presenciar cómo en diferentes puertos se descargan y distribuyen centollos que no pasan por lonja. Hay incluso vendedores y compradores especializados en este fraude, es decir, pescadores dispuestos a tirar el precio porque capturan producto de más y consumidores e incluso restauradores que esperan la oportunidad a pie de puerto para adquirir la mercancía lo más barata posible, lo cual, en buena lógica, también supone un perjuicio para las pescantinas de las plazas de abastos, las pescaderías y todos aquellos que sí respetan los cauces reglamentarios de comercialización.

Abundando en esto hay que resaltar que como cómplices de dicha distribución fraudulenta están los pescadores que, aprovechándose de sus permisos de trabajo, capturan más producto del contemplado en los topes marcados por la Administración y el propio sector, que se limitan a 35 kilos de centollo diarios por cada barco y 35 más por cada tripulante enrolado a bordo.

Se trata de los llamados "furtivos legales", esos que no dudan en tirar piedras contra su propio tejado saltándose a la torera las normas, y que suelen ser los mismos que no tienen reparos en pescar y vender centollo cuando está en veda.

Esquilmación imparable

La flota de enmalle lo sabe; las cofradías, la Administración y las fuerzas del orden, también. Por eso el sector asiste con preocupación, al igual que con resignación, a lo que no es más que una progresiva e imparable esquilmación del recurso.

"Es habitual que algunos vendan centollo por fuera", explicaba ayer el patrón mayor de O Grove, Antonio Otero, aludiendo a quienes descargan el producto y evitan llevarlo a lonja. Como es habitual que otros pesquen y vendan producto de baja calidad, aunque después prácticamente lo regalan, sin pensar en los perjuicios que esto tiene a corto y medio plazo.

"Todo el producto tiene que pasar por lonja", insiste el patrón del puerto grovense, principal referencia para las descargas del considerado "rey de los mariscos" y en cuya lonja incluso tienen un precio mínimo de retirada del producto -8 euros el kilo- para evitar su devaluación y así forzar a que los marineros dejen el centollo de peor calidad en el mar.

Considera el patrón meco que "es una verdadera lástima que algunos incluso quieran vender el centollo que no está en carne, aunque sea a un par de euros el kilo, porque esto es pan para hoy y hambre para mañana".

O dicho de otro modo, como suele decirse popularmente en los puertos, "merda para a plasa e cartos para a casa", que es tanto como decir que algunos solo piensan en su bolsillo y en ingresar al momento sin importarles el daño que causan al producto y a la imagen del mismo.

Devuelto al mar

El propio Antonio Otero resalta que "un verdadero profesional devuelve al mar el producto que no reúne calidad suficiente, porque sabe que así seguirá engordando y ya lo pescará otro día; si todos actuamos de este modo podemos conseguir que la situación sea buena en Navidad, con producto abundante y de calidad".

Pero esto no se logrará sin seleccionar ahora el producto, tirando los precios o vendiéndolo de forma fraudulenta. Como tampoco habrá futuro para el centollo si persiste la actitud de quienes solo pescan este crustáceo "durante quince días en los que arrasan con todo porque no les importa nada, ya que después se van a pescar y arrasar el pulpo u otras especies", espeta Otero. Son esos "los que hacen un flaco favor tanto al recurso como al conjunto de la flota", concluye el patrón.