Alberto García García, el alcalde socialista del Concello de Catoira, presenta un anteproyecto que traza una hoja de ruta con la que se intentará sacar el máximo partido al Centro de Interpretación Torres do Oeste y a todo lo que representa. El edificio en cuestión es ya una realidad, y de lo que se trata ahora es de dotarlo de contenido para alcanzar objetivos tales como "el desarrollo cultural del Concello, poniendo en conocimiento de los visitantes los valores patrimoniales de que dispone y fomentando su preservación".

Con esta infraestructura, situada en las inmediaciones del recinto de las Torres do Oeste y ejecutada con apoyo del Estado central -como compensación por los perjuicios causados por las obras del Eje Atlántico-, también se pretende crear una nueva imagen del municipio.

Se trata, en este caso, de difundir una "marca turística" que identifique a Catoira y sea reconocida a nivel nacional e internacional, lógicamente aprovechando el tirón que tiene la historia de esta localidad en relación con la época de los vikingos.

Asimismo se pretende poner al servicio de los ciudadanos un recurso cultural, es decir, una herramienta con la que se sientan identificados los catoirenses y el público en general para conocer tanto este territorio como su historia.

Eso sin olvidar las posibilidades que este proyecto museístico puede brindar en cuanto a fomentar la actividad económica del municipio, "gracias a la atracción de visitantes" que, a la postre, dejen dinero en la localidad.

Es, evidentemente, una apuesta por el turismo cultural y la educación, de ahí que uno de los ejes fundamentales sobre los que va a girar el Centro de Interpretación Torres do Oeste sea la formación del público en general, y la educación de los niños, en particular.

Fomentar la cooperación mediante la implicación del vecindario en todo tipo de actividades o lograr una mayor divulgación del patrimonio municipal con ayuda de las nuevas tecnologías son otras líneas maestras del plan cultural difundido por el regidor vikingo con la intención de dotar de contenido al citado centro de interpretación.

Para conseguir todo esto el Concello ha elaborado un "discurso museológico", o lo que es lo mismo, un guión sobre el que basar toda la estrategia del Centro de Interpretación Torres do Oeste. Estas son las claves:

| El origen. El Centro de Interpretación de Catoira-Torres do Oeste va a desarrollar su misión a partir de la estratégica posición geográfica que ocupa, en la desembocadura del Ulla. Se introduce en este campo todo lo relacionado con la navegabilidad y riqueza de este cauce fluvial, analizando sus potencialidades desde la época romana, "aunque los datos arqueológicos confirman que sus aguas ya fueron surcadas en la Edad de Bronce y la Edad de Hierro". El río es, por tanto, "el factor determinante del yacimiento de las Torres do Oeste y de toda la comarca". El papel de lo vikingos y sarracenos y el transporte fluvial de mercancías a bordo de galeones son otros aspectos con cabida en este capítulo

| Edad de Hierro. La divulgación cultural propuesta hace hincapié en que en la intervención arqueológica realizada en 1989 se documentó la existencia de un poblado de la Edad de Hierro bajo las Torres do Oeste. Se trata de un castro marítimo cuyos habitantes no podían disponer de un amplio dominio visual del territorio circundante, pero sí de un control total del tráfico fluvial.

Todo indica que este poblado se formó en el siglo II antes de Cristo, "aunque no se puede descartar una ocupación anterior".

| La huella de Roma. El hilo argumental del museo catoirense debe girar también en torno a la presencia de los romanos, que dejaron su huella en las Torres do Oeste como receptores del tráfico marítimo de salazón y todo tipo de productos.

| Los primeros piratas. El anteproyecto elaborado por el Concello explica que "un pueblo de origen germano, los Hérulos, antecedentes de los vikingos, fueron el azote de la navegación y las costas; en el siglo V se envió la flota visigoda a Burdeos para acabar con esta amenaza". En aquella época "la comarca de O Salnés se configuró alrededor del poder episcopal de Iria Flavia".

| Los vikingos. Lógicamente, los vikingos están llamados a jugar un papel relevante en este proyecto. Sus ataques a Galicia, entre los siglos IX y XII, dejaron huella en las Torres do Oeste, y lógicamente hay mucho que contar sobre ese pueblo y su historia en el citado centro de interpretación catoirense.

| Cultura vikinga. La faceta cultural de la época vikinga tiene peso suficiente como para brillar con luz propia en el proyecto museístico de Catoira. En este apartado se incluye todo lo referido a la agricultura, la ganadería y el comercio como actividades fundamentales entre esos nórdicos que, a pesar de ser más conocidos por sus violentas incursiones, fueron los comerciantes más activos de la época.

| Esplendor y declive. El discurso museístico gira también en torno al auge y caída de las Torres do Oeste. La construcción del Castelum Honesti, su papel como llave y sello de Galicia o el deterioro que padeció esta antigua fortaleza son algunos de los asuntos a abordar.

| La romería. Lógicamente, en este proceso no puede faltar la Romaría Vikinga que se celebra cada primer domingo de agosto.