Mientras en la ría de Arousa se habla con tristeza, y casi con nostalgia, del ahora desaparecido berberecho, una especie otrora generadora de ingentes cantidades de dinero en el río Ulla y otros bancos marisqueros, en la ría vecina de Muros-Noia se frotan las manos con este bivalvo.

En la más "alta" de las Rías Baixas consiguieron hasta el 11 de noviembre, tras 49 días de extracción, un incremento del 108% en el volumen de producción y del 78% en ingresos respecto a 90 días de actividad en 2014.

Tanto es así que mientras en las lonjas de Arousa el berberecho brilla por su ausencia, en la cofradía de Noia han facturado ya 8,8 millones de euros por este producto, lo que constituye "el valor más alto conseguido con el berberecho desde 2008" en dichas autorizaciones marisqueras.

Así lo puso de manifiesto ayer la directora xeral de Desenvolvemento Pesqueiro, Susana Rodríguez, quien achaca este éxito a aspectos como "la aplicación de una estrategia de precaución por parte de la cofradía para preservar sus bancos marisqueros".

Esa "estrategia" consistió en cerrar la actividad en febrero "para proteger las poblaciones de moluscos bivalvos", resaltan desde la Xunta.

No obstante, asumen también que la positiva evolución de la actividad marisquera, y de las venta de berberecho en particular, se debe al incremento generalizado del precio de este producto.

Otro de los aspectos que resaltan en la Consellería do Medio Rural e do Mar son las actividades de semicultivo llevadas a cabo en la ría muradano-noiesa, las cuales "incluyen una amplia variedad de acciones, como la retirada de especies depredadoras, algas y conchas, el arado del lecho marino y la siembra de ejemplares juveniles de bivalvos".

Todo ello se antojan "labores fundamentales para la recuperación y mejora de las zonas productivas y el mantenimiento de la producción de los bancos marisqueros", concluye la Consellería do Mar.