Los responsables de algunas de las asociaciones de ayuda social plantean que la crisis aún no se ha disipado. Jesús Busto señala que si bien es cierto que Amigos de Galicia está ayudando en estos momentos a menos familias que en 2014, esto se debe en gran medida a la existencia de contratos temporales hechos a través de los planes de empleo de la Diputación o de los "obradoiros" de empleo, y que la situación volverá a empeorar en cuanto expiren dichos contratos. "Quizás sí que se mueve más dinero en las grandes empresas y los bancos, pero ni está llegando a la población ni desde luego a los 100.000 parados que hay en Galicia sin ninguna prestación".

Igual de contundente se muestra el presidente del Banco de Alimentos, Pedro Pereira. "Quizás la economía vaya mejor en algunos aspectos, pero no es eso lo que se percibe en la parte baja de la sociedad. La distancia que separa a mucha gente de la pobreza es cada vez más corta. Ha desaparecido la clase media y se ha precarizado el empleo". Según sus datos, el Banco de Alimentos repartía el año pasado entre 50 y 60 toneladas de comida cada mes. "Y este año las cifras se mueven entre las 100 y las 120 toneladas. La demanda ha repuntado muchísimo, y el que antes estaba mal ahora está peor".

En cualquier caso, las entidades no trabajan estas semanas únicamente en el aspecto económico y de apoyo alimentario. El presidente de Cruz Roja en O Salnés, Alfonso González explica por ejemplo que uno de los actos más entrañables de los que organizan es la visita de niños al asilo de ancianos.