Según una carta remitida por el alcalde de O Grove, José Cacabelos, a los hosteleros de la localidad, al menos a algunos, ayer a las dos de la tarde se cerraba el plazo para inscribirse como colaborador en las jornadas de exaltación del centollo. Había que hacerlo en el edificio administrativo de la calle de Cándido Acuña, donde solo era necesario anotarse y entregar los 25 euros de la cuota de participación.

Pero en realidad no iba a resultar tan sencillo, sino todo lo contrario. Como aplicando de nuevo aquello del "vuelva usted mañana" que Larra inmortaliza cuando habla de hacer algún papeleo en sedes públicas, ayer algún hostelero se las vio y se las deseó para obtener información y anotarse, por lo que finalmente desistió en su intento.

Puede ponerse el siguiente ejemplo. A las doce del mediodía, dos horas antes de que venciera el plazo oficial dado por el alcalde, alguien telefoneó al 986 73 09 75, número del edificio administrativo. Descolgaron en centralita y el llamante explicó que quería información sobre las jornadas y la inscripción. La voz femenina que lo atendió le pidió que llamara a la Oficina de Turismo, sita en O Corgo y con el número 986 73 14 15, alegando que "ese tema lo llevan allí".

El aún potencial colaborador de las jornadas actuó como le dijeron y telefoneó a la oficina de información turística, donde una amable voz femenina le explicó que no, que eso no era cosa suya, sino que las inscripciones se tramitaban y el pago de la cuota se efectuaba en el edificio administrativo. E incluso dio un nombre, el de Mari Meis, secretaria del alcalde, "porque es ella la que se encarga".

Pues nada, que el interesado en participar en las jornadas llamó de nuevo al edificio administrativo, y la recepcionista que le había atendido antes le insistió primero en que eso de las inscripciones "es cosa de la Oficina de Turismo".

Y aun poco molesto, quien llamaba al Concello le contó lo que había pasado y detalló que lo habían mandado de nuevo al edificio administrativo. Pero como no acababan de atenderlo, ni de entenderlo, pidió que por favor le pasaran al teléfono con Mari Meis, para así preguntarle a ella directamente qué tenía que hacer y si podría pasarse inmediatamente por las oficinas municipales, para inscribirse antes de que terminara el plazo.

Ante la insistencia la telefonista le respondió, que no era posible "porque Mari Meis no está, y no regresa hasta el lunes".

Desconcertado, el llamante preguntó qué tendría que hacer entonces para inscribirse en las jornadas, a lo que le respondieron: "Mari Meis vuelve el lunes".

Como puede imaginarse cualquiera, a la persona que llamaba no le gustó en absoluto todo esto, por lo que decidió colgar el teléfono amablemente y olvidarse de la participación en las jornadas de exaltación del centollo.

Eso sí, en su establecimiento va a tener este producto a disposición de los clientes y va a tratar de promocionarlo como hizo siempre, pues en años anteriores ya participó en estas jornadas. La diferencia es que esta vez no figurará como colaborador oficial de la fiesta.

Lo que pasó ayer a este ciudadano permite concluir que si esa situación se repitió otras veces no es de extrañar que la colaboración de los establecimientos de hostelería sea menor que en anteriores ediciones.