La mayor parte de los integrantes de la flota de enmalle consultados ayer mientras faenaban reconocían que no habían tenido problema alguno para obtener los cupos establecidos, de 35 kilos de centollo por cada embarcación y otros 35 por cada marinero enrolado a bordo, en ambos casos para cada jornada de trabajo. El de la foto es uno de los centoleiros grovenses. Ayer trabajó solo en su pequeña embarcación -las hay de todos los tamaños- y fue de los que mejor suerte parecían tener mientras levantaban las primeras caceas de miños. Confía en el éxito de la campaña, aunque prefiere ser cauto y esperar unos días para sacar conclusiones.
