Ana Belén Fernández, nacida en O Grove en 1974, sufre "Ataxia de Friedrich", una enfermedad neurológica cataloga en el grupo de las llamadas "enfermedades raras" que no le impide triunfar como artista.
Prueba de ello es la exposición "Vivir a colores", en la que recoge algunos de sus trabajos pictóricos y que puede verse, hasta el día 19, en la Sala das Dornas de la casa consistorial meca.
Y no es su primera exposición, ya que con anterioridad mostró su buen hacer en el bar Manos, de la grovense calle Pombal, y en el centro de referencia estatal de atención a personas con enfermedades raras y a sus familias, situado en Burgos.
Así lo destacan desde el Concello, que organiza esta muestra en colaboración con la asociación comarcal de ayuda a personas con discapacidades, Anduriña.
Desde el gobierno local animan a los vecinos a visitar esta exposición, la cual, no cabe duda, es un ejemplo de superación humana y muestra las enormes ganas de vivir de Ana Belén Fernández, quien empezó a pintar hace apenas un lustro de la mano de la asociación Mulleres Rurais Adro Vello.
Formar parte de esta entidad con sede en A Graña (O Grove) y de la asociación Anduriña, en la que integra su junta directiva, ayuda a Ana Belén Fernández a disfrutar del día a día y a tratar de mejorar una y otra vez, de ahí que además de aficionarse a la pintura se licenciara en Psicología por la Universidade de Santiago de Compostela (USC).
Lo cierto es que todo ello supone para esta grovense una forma de evasión y un modo de relajación. Lo consigue tratando de utilizar los colores que mezcla sobre su paleta para explotar las posibilidades de la pintura y revelar todo tipo de sentimientos.
"La naturaleza, sobre todo los paisajes con el mar y los árboles, están siempre muy presentes en su obra, con la que contagia su positivismo", destacan los organizadores de la exposición.
Hay que explicar que la "Ataxia de Friedreich" es una enfermedad hereditaria neurodegenerativa que causa en quienes la padecen un deterioro progresivo del cerebelo y ganglios espinales dorsales.
Según los expertos, los afectados padecen una pérdida progresiva de sensibilidad, descoordinación en los movimientos, escoliosis, disfagia, disartria e incluso pueden sufrir diabetes y problemas cardíacos graves, causantes de la muerte en la mayoría de los casos.
