Un vecino de Ai (una pequeña aldea de la parroquia de San Lourenzo de Nogueira, en Meis) descubrió a finales de septiembre un nido de avispas asiáticas en la copa de un eucalipto próximo a su casa, y dio la voz de alarma. 40 días después, el avispero sigue allí.
El presidente de la comunidad de montes de San Lourenzo, Silvino Magariños pone el grito en el cielo. "La primera vez que llamamos fue el 28 de septiembre, y vinieron pronto. Pero dijeron que el avispero estaba demasiado alto y que no eran capaces de llegar a él. Y como está en una zona a la que tampoco se puede llegar con una autoescalera nos dijeron que había que cortar el eucalipto y que después fumigarían ellos la colmena".
El primer problema se presentó porque el árbol, de entre 15 y 20 metros de alto, estaba en una parcela particular, de modo que los comuneros tuvieron que pedir permiso al propietario para talarlo. "El hombre ya nos lo dio, pero ahora estamos llamando a la empresa y no nos cogen el teléfono".
"Solo estamos esperando a que nos llamen y nos digan el día que van a venir. Nosotros ya lo tenemos todo preparado y ya hemos avisado al maderero", añade el presidente de la comunidad de montes.
Silvino Magariños insta a la administración a actuar con más agilidad, "porque la gente tiene miedo". Afirma que el vecino de Ai que encontró el avispero tiene unas colmenas de abejas que ya han sido atacadas por las avispas velutinas, y que los demás vecinos se resisten a pasar por la zona por temor a los insectos, puesto que aunque su veneno solo es peligroso para las personas alérgicas, se trata de una especie muy agresiva.
Magariños añade que "contratamos a una empresa para que haga trabajos de limpieza y rareo, pero por esa parte no pueden andar porque tienen miedo a que salgan las avispas por culpa de las máquinas". "El nido está a 50 metros de las casas y no puede ser que tarden tanto tiempo en quitarlo después de haber venido a verlo y haberle puesto un código", añade.
Se da la circunstancia de que durante la jornada de ayer fueron muchos los vecinos que subieron al monte a recoger leña y faísca del pino para sus casas.
