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La "letra pequeña" del informe que paraliza cualquier tipo de obras

La escalera de la polémica

Fole con los conselleiros de la Xunta el día de la inauguración de la reforma del mercado. // Iñaki Abella

El proyecto de la primera fase de la reforma del mercado de abastos de Vilagarcía fue redactado por la firma pontevedresa Consultora Galega SL. En este documento ya se hablaba de los problemas de accesibilidad del edificio, así como de lo compartimentado que estaba el interior, sin una visión de conjunto y sin dar respuesta a todas las necesidades y normativas de aplicación para un establecimiento de estas características.

En el primer informe de Patrimonio, fechado en mayo de 2010, la Comisión indicó que "no habría inconveniente en el desarrollo del proyecto; no obstante debería estudiarse el mantenimiento de la escalera central del ala sur, con el fin de preservar la doble simetría del inmueble, manteniendo el acceso al espacio superior del ala central".

Posteriormente, el 2 de agosto de 2010, el director xeral de Patrimonio Cultural, José María Picallo Búa, resolvió "autorizar el proyecto refundido básico y de ejecución de mejora de las instalaciones del mercado de abastos, admitiendo la solución propuesta de escalera metálica de acceso a la primera planta como una actuación reversible, y condicionando en cuanto a la realización y desarrollo de la escalera central al proyecto de la segunda fase para la mejora y modernización del mercado de abastos, o si esta no se produjera, al límite del plazo máximo de las concesiones administrativas para la explotación de los puestos de la plaza. En el caso de que los plazos señalados se cumplieran sin que las nuevas actuaciones devolvieran la configuración original a las escaleras de acceso a la parte central del mercado, se deberá recuperar la disposición perpendicular en el cuerpo central de la misma, como estaba en el proyecto original".

La reposición de las escaleras del mercado de abastos que provocan la polémica entre las administraciones no solo tiene un alto coste para el Concello, sino que provoca la eliminación de casi la mitad de los nuevos puestos de la plaza de abastos, dejando a numerosos comerciantes sin su medio de vida.

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