La cocina de la planta superior es una de las estancias más agradables de la vivienda de la calle Lera, con sus paredes de piedra encintadas y su gran chimenea. El valor de tasación de esta propiedad es superior a la de Guillán, y en ella también se encuentran detalles sofisticados, como la grifería de los baños de la marca Grohe, una de las más caras del mercado. Los suelos son de baldosa y los propietarios aprovecharon las caídas del bajocubierta para habilitar unos pequeños habitáculos para almacenaje. En Guillán se cree que había un posible zulo.