Las obras de reforma de la lonja de contratación de pescados y mariscos de O Grove, donde la Consellería do Mar invirtió alrededor de 700.000 euros, parecen terminadas por fin, con un considerable retraso sobre lo inicialmente previsto, ya que supuestamente iban a estar en funcionamiento antes del verano, y como muy tarde antes de la pasada Festa do Marisco, pero no fue así.

La cofradía de pescadores San Martiño dio ayer por inaugurada la sala de turistas, es decir, un espacio habilitado a modo de entresuelo y dotado de una cristalera para que el público pueda presenciar las operaciones sin molestar a los profesionales, es decir, los marineros, mariscadores y compradores o distribuidores.

Lo que sucede es que se plantean de entrada varios problemas, de los que ya advirtió FARO hace meses. Así, aunque hay usuarios que comprenden que no se debe interferir en las subastas diarias, y por tanto apoyan esta nueva instalación, también los hay que reclaman su derecho a presenciar el día a día de la lonja lo más cerca posible.

Sucede que la sala de turistas queda situada encima del lugar en el que se depositan las cajas de producto y donde se organizan las ventas del mismo, de tal modo que la visibilidad se limita solo a una parte de la lonja.

Ayer por la tarde, en cuanto el cabildo anunció que se estrenaba dicha sala, algunos vecinos de O Grove, sobre todo marineros ya retirados de la profesión por edad, explicaban que desde que son niños acuden a la lonja prácticamente cada tarde, por eso no pueden entender que ahora se les envíe a una sala diferente.

Dos vigilantes de la propia cofradía se encargan de impedir el paso a los curiosos, y esto satisface plenamente a los profesionales del sector, y especialmente a aquellos que se oponían a la venta directa a particulares y que aseguraban que su trabajo se veía seriamente perjudicado por la presencia de personas ajenas a la actividad pesquera.

Las obras de esta lonja, que generaron polémica durante su ejecución, precisamente porque se evitaba el paso de los turistas a pesar de tratarse de uno de los lugares más visitados de la localidad, fueron presentadas en el anterior mandato, a manos del exalcalde conservador Miguel Pérez.

Fue él quien explicó que se aplicaba una solución similar a la que puesta en marcha "para transformar la cubierta y la fachada de la plaza de abastos; mientras que en el interior también se contemplan importantes adaptaciones o reformas, como la construcción de algún nuevo departamento necesario para los servicios que allí se prestan, la adaptación de las paredes a las normativas sanitarias o la habilitación de un espacio específico para los visitantes, con el fin de que no entorpezcan la labor que llevan a cabo los profesionales del mar y los compradores".

De este modo se pretendía dotar a O Grove "de una de las mejores lonjas de Galicia, incluyendo en el proyecto impulsado por Mar todo tipo de mejoras desde el punto de vista de la iluminación y el ahorro energético", en palabras de Miguel Pérez pronunciadas en enero.

"No es un capricho"

Ayer la cofradía de pescadores abundaba en esto para decir que la sala de turistas va permitir que tanto los visitantes "como los jubilados del pueblo puedan contemplar las subastas sin interferir en ellas".

Paralelamente, la junta general de la cofradía "ruega la máxima implicación de los marineros, mariscadores y compradores, así como del público en general, ya que esta medida no obedece a un capricho, sino que está marcada por las normas sanitarias que impiden que personal no autorizado acceda a la lonja".

Para terminar, sostienen que se estrena ahora esta sala de turistas "para evitar las aglomeraciones que se producen con motivo de la campaña del centollo".