El episodio tóxico que amenazaba a las rías gallegas se ha diluido hasta tal punto que a estas alturas solo permanecen inoperativos una docena de polígonos bateeiros, y nueve de ellos están en la ría de Pontevedra, Baiona y Corme, donde estos paréntesis son la nota dominante a lo largo del año.

Los otros tres cerrados son los Cangas F, Cangas G y Cangas H, situados en la ría de Vigo, precisamente la que durante los últimos días presenta una actividad extractiva más intensa, ya que dispone de otros nueve operativos y, según cuentan en el sector, su mejillón goza de extraordinaria calidad en estos momentos.

Esto quiere decir que la situación es buena para el conjunto del sector mitilicultor, con la salvedad hecha de que ya queda poco mejillón de talla comercial en las cuerdas.

Especialmente llamativo resulta el estado de la ría de Arousa, la más rica y productiva, con una veintena de polígonos a disposición del sector, es decir, 2.200 de las 3.300 bateas gallegas. Incluso están abiertos los cuatro de Meloxo (O Grove), que habían cerrado hace solo una semana.