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Empleo fijo, ¿un adiós o solo hasta luego?

Casi el 95 por ciento de los contratos que se firmaron en O Salnés y Ullán en septiembre fueron temporales

La hostelería es uno de los sectores donde mayor es la contratación temporal. // Noé Parga

El paro baja en O Salnés, pero esto no siempre implica la creación de empleo estable. En una comarca como la arousana, que depende en gran medida de sectores tradicionalmente estacionales, como es el de la hostelería, la temporalidad sigue siendo la nota predominante en las nuevas contrataciones.

En los meses centrales del verano, prácticamente el 98 por ciento de los contratos que se firman en O Salnés y Ullán son temporales, como ocurrió en agosto. Y aunque este porcentaje baja ligeramente en otros momentos del año, sigue siendo elevado. El Servicio Estatal de Promoción del Empleo (SEPE) publica una estadística según la cual el 94,3 por ciento de los más de 5.400 contratos que se firmaron en septiembre fueron temporales.

Los agentes sociales coinciden en que la temporalidad es un problema a resolver, pero cambian los posibles antídotos. Así, mientras unos recomiendan premiar las contrataciones indefinidas, otros consideran que más que eso lo que hay que hacer es castigar a aquellos que despiden a un trabajador indefinido nada más terminar el periodo temporal que establece la subvención que cobraron antes.

Este es el punto de vista del portavoz comarcal del sindicato CIG, Xoán Xosé Bouzas, "Tupi". "El sistema actual de ayudas que ofrece la administración es muy perverso, ya que propicia que el empresario mantenga a un trabajador indefinido durante el periodo que lo tiene bonificado, y que lo despida en el momento en el que se le termina la bonificación. Así que yo considero que más que premiar la contratación, habría que penalizar esos procedimientos fraudulentos".

Una opinión a la que se aproxima también el concejal de Economía de Cambados, y economista Xurxo Charlín, quien sostiene que las ayudas a la contratación indefinida están bien, "pero debería existir un seguimiento de las empresas que se benefician de ellas".

Eduardo Abad, de la organización de autónomos UPTA España aboga igualmente por las ayudas a la contratación, pero siempre que ésta sea estable. "El objetivo de todas las administraciones es reducir el desempleo, aunque sea a costa de contratos por horas o de aprendizaje. En mi opinión, si queremos reducir la temporalidad hay que premiar de forma progresiva a quien cree empleo estable, en vez de bonificar los contratos por horas".

Mientras, el presidente de la Cámara de Comercio de Vilagarcía, Miguel Falcón opina que la temporalidad es la consecuencia directa de una crisis que devoró cientos de empresas y que ha transformado profundamente el mercado laboral. "Las pequeñas empresas tienen miedo a hacer contratos fijos porque ven lo que ocurrió con la crisis. El modelo laboral ha cambiado hacia plantillas muy ajustadas a las necesidades de cada empresa, que solo contratan cuando tienen un repunte de trabajo, y de forma temporal". En su opinión, más que financiación, lo que necesitan los empresarios "es que las administraciones pongan las menores trabas administrativas posibles".

Algo en lo que sí coinciden los agentes sociales es en que será muy complicado obtener porcentajes de empleo indefinido más elevados, pues según ellos la temporalidad también se debe a razones estructurales de la economía arousana. Miguel Falcón sostiene que "quiero creer que se debe en gran parte a que falta un sector industrial potente".

Xurxo Charlín también apunta a la endeblez del sector industrial, de la que acusa en parte a las administraciones. "Lo que no puede ser es que se construyan polígonos industriales sin conexión a datos por fibra óptica o con una red de saneamiento que no tiene separadas las canalizaciones domésticas de las industriales, como pasó con el de Cambados. Una multinacional no va a venir a O Salnés solo por su ubicación si después no encuentra unos servicios adecuados".

Xoán Xosé Bouzas alude a la estacionalidad del turismo, a la desaparición de gran parte de las empresas de construcción arousanas y a la falta de obra pública, "que permitían contratos por fin de obra de tres o más años, y ahora los que se hacen son para abrir una zanja o cambiar un pavimento". Además, el sindicalista de la CIG plantea que "la temporalidad es más un problema sectorial que territorial", y sobre esto argumenta que "en O Grove hay menos temporalidad que en Sanxenxo porque tiene un mayor peso industrial por la transformación de productos del mar. Y en Meaño o Ribadumia la temporalidad también es menor porque el peso específico del sector industrial es mayor en ambos casos".

Finalmente, Eduardo Abad es de la opinión de que las contrataciones indefinidas aumentarán "cuando se active el consumo, y esa nueva tendencia llegue a los negocios pequeños y los autónomos", puesto que según él "el 40 por ciento de los autónomos tienen trabajadores a su cargo, y son quienes dan estabilidad laboral, puesto que el autónomo necesita un personal muy cualificado para prestar un servicio de mejor calidad que el de las grandes empresas".

Las propuestas para mejorar los niveles de contratación indefinida son diversas. Eduardo Abad plantea a los autónomos que han de abrir sus puertas a los contratos de aprendizaje para garantizar el relevo generacional, mientras que Xurxo Charlín aboga por promover la industria transformadora vinculada al sector del mar y favorecer la desestacionalización del turismo mediante el fomento del enoturismo o acuerdos con las aerolíneas de bajo coste que vuelan a Galicia u Oporto.

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