La decisión de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de vincular las carnes procesadas con el cáncer y de establecer una probable relación entre las carnes rojas y dicha enfermedad preocupa enormemente a los carniceros arousanos, que consideran que habría que distinguir muy bien entre los productos que se hacen en procesos industriales y los que se elaboran con métodos artesanales.

José Manuel Limeres, que regenta un puesto en la plaza de abastos de Vilagarcía afirma que "ese temor puede ser entendible en el caso de los productos que se sirven en algunas grandes superficies o que salen de mataderos industriales, pero no el caso de los pequeños productores como nosotros. Mis productos los como yo y los come mi hijo, porque estamos tranquilos. La calidad que tenemos en las plazas de abastos no las tienen en las grandes superficies".

Celia Betanzos, de la carnicería Ramonita, también de Vilagarcía apunta a su vez que "el problema no es la carne en sí, sino los procesos de transformación que tiene la carne y lo que las autoridades permiten echar a los vegetales y los piensos de los que se alimentan los animales. Además, hay sustancias que el pequeño comercio no utiliza para la elaboración de las carnes. Nosotros por ejemplo vendemos comida precocinada, pero sin conservantes ni colorantes". Y Teresa Ríos, que también vende en la plaza de abastos de la capital arousana sostiene que "hay que diferenciar el tipo de producción de cada alimento. Lo que yo vendo lo preparo yo, y es todo natural y casero".

Los carniceros están preocupados, y temen que estos informes de la OMS hagan tambalear la confianza de los consumidores, aunque tampoco creen que se repitan los episodios de las "vacas locas" o la gripe aviar. Limeres recuerda que las reticencias sanitarias hacia los productos elaborados, como las hamburguesas, los embutidos o las salchichas "no es algo de ahora", y Celia Betanzos recuerda que en su día los médicos también desaconsejaron el consumo de pescado azul, "y ahora se dice que es un alimento muy sano".

Perjuicios

Teresa Ríos está convencida de que "esto nos va a perjudicar a todos en general, pero la diferencia es que ahora las grandes superficies van a bajar los precios para mantener las ventas, y eso nosotros no lo podemos hacer". Limeres, por su parte, no cree que el anuncio de la OMS beneficie a los pequeños productores al desconfiar el consumidor más de los productos industriales, "porque al final la gente se queda con el titular, y el titular es que no se puede comer carne". Celia Betanzos considera que "se alarma un poco a la gente sin tener por qué", pero recuerda que "todos los alimentos que consumimos tienen la huella del ser humano", en alusión a los procesos industriales y los casos de contaminación.