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Eulogio Pomares: "Nosotros gastamos menos de 20 euros a la semana"

"La única forma de identificar un vino es la memoria, recordar los pequeños matices y diferencias"

-Cambados organiza periódicamente cursos de cata, y en el instituto Ramón Cabanillas hay un ciclo medio de elaboración de bebidas. ¿Tienen dificultades las bodegas para encontrar personal bien formado?

-En estos momentos hay profesionales con buena formación. Pero este trabajo ha pasado de ser muy localista a ser global, y el que aspire a trabajar en esto tiene que tenerlo en cuenta. Hoy en día es imprescindible viajar y pasar vendimias en otras regiones del mundo, a ser posible en lugares del Viejo Mundo y en lugares del Nuevo, porque los conceptos sobre viticultura que pueden tener en Australia, por ejemplo, son completamente distintos a los que hay en Italia. Los profesionales tienen que tener presente también que en estos momentos hay que ser multidisciplinar y completo. No vale saber solo de técnicas de campo o de elaboración de vino. Hay importadores de vinos que quieren que sean los enólogos quienes se los presenten, no el comercial.

-¿Hubo en el concurso algún vino que les sacase de quicio por su dificultad?

-La verdad es que hubo un blanco que no nos llevaba a ninguna zona productora ni a ninguna variedad conocida y que no acertó prácticamente nadie. Al final resultó ser un vino de la isla griega de Santorini.

-¿Cómo se entrena un catador?

-Lo fundamental es la práctica, probar vinos. Por supuesto que hay que tener conocimientos técnicos sobre zonas de producción o añadas, pero por muchos libros y manuales que leas si después no viajas a una zona y no vas a catar los vinos a una bodega, por ejemplo, no los diferenciarás.

-Parece una afición bastante cara.

-Es cierto que hay botellas caras, pero yo no lo calificaría como una afición cara. En nuestro grupo de cata de los jueves nos gastamos menos de 20 euros a la semana por persona. No creo que sea una cantidad prohibitiva, y que se gaste mucho menos alguien que juega al padel.

-¿Cómo logran identificar el país de producción de un vino, la variedad de uva, la bodega de procedencia y hasta la añada?

-La única forma de identificar un vino es la memoria, recordar esos pequeños matices que te llevan a reconocer una variedad o una madera. La clave está en esa capacidad de identificar las pequeñas diferencias entre vinos, la práctica de los sentidos del olfato y del gusto.

-Ahora que se han quitado la espina en el campeonato de Francia en el que quedaron terceros en 2014, ¿cuál es su próximo reto?

-José Aragunde y yo tenemos un reto, que es la cata por parejas de Vila Viniteca, que es el certamen de este tipo más importante de España. Nuestros compañeros del equipo español ya lo ganaron alguna vez, pero a nosotros nos falta.

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