Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Una especie que regresa a la costa para desovar tras aparearse en zonas profundas

La veda del crustáceo tiene en cuenta su ciclo vital y los movimientos migracionales

Una mujer determina el sexo del centollo durante una subasta en la lonja de A Illa. // Noé Parga

El centollo (Maja brachydactyla) y el buey de mar (Cancer pagurus) van a regresar a lonja el 9 de noviembre.

Para explicar el por qué de abrir ahora la campaña de pesca y haber mantenido una veda desde junio hasta noviembre, la Consellería do Medio Rural e do Mar manifiesta que "la gestión de la pesquería de estas especies debe basarse en el ciclo vital de cada una de ellas".

A este respecto, los biólogos tienen presente que estos "crustáceos decápodos presentes en las costas de Galicia y capturados mayoritariamente por la flota artesanal que trabaja con aparejos de enmalle, mayoritariamente miños", son especies migratorias.

Esto hace que realicen desplazamientos a zonas más profundas para proceder al apareamiento, tras lo cual regresan a zonas menos profundas para realizar la puesta.

Los centollos (machos) adultos "migran hacia zonas más profundas para aparearse durante los meses de septiembre y octubre", mientras que es en diciembre y enero cuando "regresan hacia la costa".

De las hembras de centollo (centollas) puede decirse que "presentan dos períodos de puesta a lo largo del año", lo cual también condiciona el establecimiento de vedas.

La primera y más importante de las puestas se desarrolla "entre los meses de febrero y junio". Es entonces cuando se alcanzan "los valores máximos de hembras ovadas", superándose el 25%.

El segundo ciclo de desove llega en septiembre, "justo al inicio del otoño". Este último período reproductivo, que justifica esperar hasta principios de noviembre para levantar la veda e iniciar la campaña de pesca, "es mucho más corto que el de la primavera", de tal manera que en octubre "el porcentaje de hembras ovadas disminuye hasta el 10%", explican los biólogos.

Según el departamento que dirige Rosa Quintana, "a lo largo de los últimos años se demostró que la veda del centollo, cuando incluye meses en los que el número de hembras ovadas es elevado, puede ayudar a aumentar la biomasa reproductora y a regular la pesquería, siempre y cuando se establezcan cupos diarios en el período posterior a la veda que eviten la concentración de las capturas y la consecuente caída de los precios en el inicio de la campaña extractiva".

En el caso concreto de la que arranca el día 8 en la provincia de Pontevedra, el 15 en la de A Coruña y el 29 en la de Lugo, esos topes son, como se explicaba ayer, de 35 kilos de centollo por barco y día de faena, con otros 35 kilos diarios por cada tripulante enrolado a bordo.

Respecto al ciclo migratorio del buey en las aguas gallegas, la Consellería do Mar argumenta que "es menos conocido, aunque muy semejante al de la centolla".

Menos abundante que el centollo y capturado a mayores profundidades, el buey "no es objeto de una pesquería específica, sino que constituye una especie acompañante capturada con artes que tienen como objeto la captura de otros crustáceos, o bien en el caso de artes multiespecíficas".

Compartir el artículo

stats