El 25 de junio se celebró el primer pleno del presente mandato en O Grove y el gobierno del PSOE salvó sus salarios gracias a la derecha, mientras que la izquierda propiciaba que el PP colocara a su representante en la Mancomunidade do Salnés. Ya se advirtió entonces de que aquello podía valer su peso en oro, por lo ajustada que iba a estar la pugna para hacerse con las riendas de la entidad supramunicipal.

Con el tiempo se ha visto que lo sucedido en O Grove hace ya cuatro meses no fue ninguna casualidad. Ahora algunos dicen que José Cacabelos Rico, el alcalde socialista de la villa meca y principal candidato a presidir la mancomunidad, no ha sabido negociar convenientemente la situación, de ahí que en el pleno de investidura celebrado la pasada semana se registrara un empate técnico entre PSOE y PP, a doce votos.

En realidad Cacabelos ya no supo negociar esto en su origen, en O Grove, pues de haberlo hecho no se habría producido dicho empate. Y es que cuando se eligió a los dos representantes del Concello en la mancomunidad -el alcalde es miembro nato- no supo amarrar bien todos los cabos, por lo que es tan culpable como el BNG y Esquerda Unida (EU) por lo que pasó entonces.

Quizás sea preciso hacer memoria para recordar que en aquel pleno el PP de Miguel Pérez presentó como representante de la corporación en la mancomunidad a su edil Alejandra Lamas. Sumaba cinco votos: los cuatro de los conservadores y el del Partido Galeguista.

El PSOE, además de colocar a Cacabelos, propuso a María de los Ángeles Domínguez Fernández.

A su vez, BNG y EU, con dos concejales cada uno, habían planeado postular como representante al nacionalista Heladio Outeiro.

La jugada era maestra. El PSOE iba a gastar seis de sus ocho votos en arropar a Ángeles Domínguez y se reservaría los otros dos para apoyar al candidato de izquierdas. De este modo sumarían seis apoyos, los suficientes para colocar a Heladio Outeiro (BNG) en la Mancomunidade y cerrar el paso al PP.

De haber sucedido esto en el pleno de junio, en la votación de la semana pasada en la mancomunidad el PP habría sumado 11 votos -porque no tendría a su representante de O Grove-, mientras que Cacabelos alcanzaría 13, a solo uno de la mayoría absoluta pero sin duda con margen suficiente para salir elegido.

Pero no pasó nada de esto porque Cacabelos no amarró aquel pacto de izquierdas y porque BNG y EU -tanto si tenían un pacto previo como si no- fueron incapaces de ponerse de acuerdo, de ahí que propusieran a sus respectivos cabezas de lista para integrar la mancomunidad aún a sabiendas de que no sumaban votos suficientes y de que con su actitud estaban despejando el camino a la edil del PP meco.

Cacabelos defendió durante aquel pleno en O Grove, cuando había opciones de pacto de izquierdas, lo que consideraba "estrategia comarcal", pero tras saltar el acuerdo por los aires pasó a reprochar la actitud de Juan Lamelas, el líder de EU, "que ha empezado el mandato de forma insoportable".

La semana pasada, tras llevarse un nuevo batacazo, esta vez en sede comarcal, Cacabelos también criticó la actitud de terceros, y sobre todo la de aquellos que, según el socialista, habían llegado a un acuerdo con él y lo rompieron.

Pero lo cierto es que parece haber tropezado de nuevo en la misma piedra, por lo que cabe preguntarse qué parte de responsabilidad tienen el PSOE y el propio Cacabelos en todo esto y si de verdad están cerrando bien esos acuerdos políticos a los que creen llegar.