A mediados de los pasados años 90 irrumpió en la escena cultural gallega una voz muy potente y personal. Un profesor de Filosofía de aspecto bonachón y tímido lideraba Korosi Dansas, uno de los proyectos musicales más originales del momento, y entraba como un tsunami en el panorama literario con "A velocidade do frío", una dura novela que le dio en 1996 el premio Xerais y la fama.

En 1999 Seixas cambió de registro y se aventuraba con un texto de ciencia ficción, "Bailarina", que tal vez desconcertó un tanto a quienes esperaban otra vuelta de tuerca en aquel desgarrador y obsesivo universo que el autor había inaugurado con la colección de cuentos "Viñeron do espacio interior", y que había consolidado con "A velocidade do frío".

Y después vino el silencio. Un silencio que se fue ensanchando año a año. Un silencio sin estridencias. Un silencio literario absoluto... Quienes no conocen a Manuel Seixas quizás creyeron que se le había secado el manantial interior del que brotan las historias; o que posiblemente se había aburrido de la montaña rusa que puede llegar a ser la literatura para quien en algún momento de su carrera toca la cima... Pero la realidad era otra. El escritor estaba librando una dura batalla consigo mismo.

Manuel Seixas, nacido hace 54 años en Vilagarcía, pero afincado desde hace un tiempo en A Illa, y profesor del instituto de A Basella, en Vilanova, vuelve a la actualidad literaria gallega con la publicación de "Interferencias", una novela breve editada por Xerais que presentará a principios de noviembre en la librería Nobel de Vilagarcía. Una novela, lo primero que publica en 16 años, con la que quiere trasmitir un mensaje de esperanza: el de que con esfuerzo y ayuda es posible superar situaciones vitales muy difíciles, incluso una enfermedad mental como la que estuvo a punto de vencerle a él.

Cinco años de pesadilla

"Llevo desde niño luchando conmigo mismo. Con siete años ya me recetaban antidepresivos porque me dolía mucho la cabeza, y aquella era una época en la que los médicos mataban las moscas a cañonazos", evoca Seixas el viernes por la tarde. "Toda mi vida fue bastante tormentosa conmigo mismo, hasta que por una serie de circunstancias personales y problemas familiares en 2005 caí en la oscuridad más absoluta".

Hace una década, Seixas entró en su particular "longa noite de pedra psicolóxica", como él mismo la ha denominado. Los médicos le diagnosticaron una dolencia mental a la que no fueron capaces de poner nombre, y que algunas veces se parecía a la ansiedad, y otras a la depresión. "Había veces en que me pegaban ataques de pánico antes de entrar en clase, o que me ponía a vomitar".

Es entonces, en ese momento terrible, en el que inicia la redacción de "Interferencias", una novela protagonizada por dos personas (hombre y mujer) derrotadas por la vida, que un día cruzan sin querer sus caminos. Una interferencia que cambiará para siempre sus existencias. "Durante cinco o seis años me aferré a ese novela para mantener un mínimo de cordura", afirma el escritor arousano. "Al terminarla no tenía ninguna perspectiva de publicarla, pero se la pasé a cuatro amigas para que la leyesen (Estela, María, Chus y Elena) y ellas me dijeron que tenía que luchar por ella". De modo que se la envió a Xerais, "y hace tres o cuatro años Manolo Bragado me dijo que tarde o temprano la publicaría".

Hubo que esperar, pero ahora "Interferencias" ya está en las librerías. Y lo que empezó como un texto terapéutico y salvador para un náufrago que necesitaba una tabla a la que aferrarse, también podría ser una luz de esperanza para otras muchas personas que sufren. O esa es la idea que Seixas intenta transmitir en todas las presentaciones de la novela que ya ha hecho, y en las que le quedan por delante. "Lo más maravilloso para mí es poder presentar una novela que escribí en la miseria y decirle a la gente que con paciencia y con lucha se pueden producir milagros laicos como el mío". El de su curación.

"Ahora soy otro. No tengo ansiedad por publicar. Lo que quiero es caminar día a día... Soy un proyecto de hombre digno, y en esas ando. La posibilidad de escribir una novela es un regalo que me da la vida, y mi curación es como esas bolas extra que dan los juegos de máquina y que tan felices hacen a los niños". Y su curación ha venido acompañada de una vorágine creativa. Acaba de publicar "Verde", el segundo disco con la Neuroband, su grupo musical actual; tiene listo para mandar a la imprenta una trilogía de poemarios; compuso casi una treintena de discos de música virtual... Pero por encima de todo eso vive, y está en paz consigo mismo "en este paraíso que es A Illa".