-Sus palabras sobre la lucha contra el narcotráfico y su petición de que el conjunto de la sociedad se una para pelear contra él tuvieron mucho eco en su momento. ¿Cómo ve la situación actual?

-Se trata de una actividad que, por desgracia, continúa presente, y la prueba está en que todavía se llevan a cabo redadas para erradicarla, a pesar de que no se puede comparar el ambiente de hoy en día con el de los años 80 y no se padece con tanta virulencia. Yo pretendo que se haga todo lo posible por que los afectados por el narcotráfico puedan rehabilitarse. Esto ataca especialmente a un colectivo muy vulnerable, que es el de la juventud. La sociedad, en general, es cómplice con su silencio cuando demuestra que evita inmiscuirse en estas cuestiones.

-La presencia de la religión en la enseñanza obligatoria es otro motivo de discusión habitual. ¿Qué representa esta materia en la formación de los estudiantes más jóvenes?

-La religión ayuda a enseñar a vivir, ofrece pautas con ese objetivo. Esta asignatura aporta muchas cosas para conocer más y mejor la cultura religiosa, permite profundizar en valores morales y espirituales y conocer una serie de planteamientos que sirven para afrontar el futuro. Por ello, creo que la religión debe seguir presente en los planes de estudio, eso sí, siempre como una materia opcional.

-¿Qué espera de la celebración preparada para el próximo domingo, teniendo en cuenta que estará rodeado de personas tan cercanas a usted con las que ha compartido momentos importantes durante tanto tiempo?

-Sin duda será un evento cargado de grandes emociones, y experimentaré un cúmulo de recuerdos y vivencias. Consistirá en la celebración de una eucaristía en la iglesia parroquial, y más tarde nos iremos a tomar algo todos juntos. Quiero que participen todos los estamentos de este lugar y de las parroquias limítrofes. Y querría enviar una petición de que continúe habiendo vocaciones.