El accidente laboral sufrido ayer por Francisca Lois Piñeiro hizo recordar otros episodios similares acaecidos en los últimos tiempos en la zona. Recientemente fue la joven Yennifer Caneda Pereira la que sufrió la amputación de cuatro dedos mientras trabajaba en Frigrove, aunque afortunadamente los médicos consiguieron reconstruirle tres. Mucho más grave resultó, hace tres años, la muerte de dos operarios en una fosa séptica de Amegrove.