La presidenta de la Diputación, Carmela Silva, se comprometió ayer a mediar ante la Xunta de Galicia para conseguir que A Illa disponga de un nuevo centro de salud, un viejo proyecto que, desde 2009, solo ha encontrado obstáculos en la administración gallega. En su primera visita al municipio isleño como presidenta de ente provincial, Silva defendió su papel como interlocutora de los Concellos más pequeños ante otras administraciones, con el fin de trasladar demandas importantes como "la construcción de este nuevo centro, absolutamente imprescindible y una necesidad prioritaria y la Xunta debe decir que va a acometerlo".

De hecho, el proyecto existe desde 2009, cuando María José Rubio, conselleira de Sanidade del bipartito lo presentó en la casa consistorial. Ese nuevo inmueble ocuparía una parcela cedida por el Concello en las inmediaciones del instituto de la ESO, que ya ha sido traspasada al Sergas, pero el cambio de gobierno en la Xunta paralizó por completo la actuación pese a que el actual inmueble, que Sanidade comparte con el ISM, es obsoleto.

Otra de las iniciativas que se encuentran paralizadas y que está considerada como prioritaria en A Illa es la de la remodelación de las casas modernistas de O Campaneiro y Dona Tomasa, situadas en la calle Marqués de Bradomín. Silva también mostró su intención de presionar a Fomento para que acometa esa actuación que permitirá abrir una biblioteca y un centro de ocio para los mayores. "Ese proyecto quedó comprometido por Zapatero y fue paralizado por Rajoy, se trata de un proyecto importante para un Concello de Pontevedra, provincia de la que son el presidente y la ministra, Ana Pastor, que no parecen tener sensibilidad para llevarlo a cabo", explicó. Silva ironizó con la proximidad de la campaña electoral para las elecciones generales recordando que "llevan unos días de grandes compromisos por lo que emplazo a Pastor a que se comprometa con ese tema y deje firmados los 1,2 millones de euros que aprobó, en su día, José Blanco para esta obra".

En caso de que no se asuma ese compromiso por parte de la responsable del Ministerio de Fomento, Concello y Diputación van a tratar de articular fórmulas para ver si "en este mandato se puede sacar adelante el proyecto".

Las viviendas modernistas llevan años abandonadas, y los sucesivos temporales y los actos vandálicos están provocando un rápido deterioro.