El Ayuntamiento de Cambados todavía no ha tomado una decisión definitiva sobre el futuro del Cristo de Santa Mariña, una pieza tallada en 1904 y que se retiró en septiembre de 2014 del ábside de las ruinas de Santa Mariña Dozo debido a su grave estado de deterioro. Y la principal razón de que todavía no se haya acordado nada en firme es que están a la espera de que el propietario de la talla (el Arzobispado) diga cuáles son sus intenciones y qué disponibilidad económica tiene para colaborar.

El concejal de Cultura, Victor Caamaño explica que la semana pasada se envió un escrito al Arzobispado de Santiago a través de la parroquia de Santa Mariña Dozo preguntando que plantean hacer con la talla, y que cuando el Arzobispado responda será cuando el gobierno municipal tome una decisión en consecuencia. "Nos parece que lo más lógico es conocer primero la disponibilidad de los propietarios del Cristo", señala Víctor Caamaño.

Pero con independencia de lo que finalmente ocurra, el concejal considera que la mejor opción desde un punto de vista cultural y patrimonial sería recuperar el Cristo tal y como era originalmente, policromada. Aunque probablemente muy pocos cambadeses la recuerden así, puesto que con el tiempo se le aplicaron varias capas de barnices, con fines supuestamente protectores, que le dieron el compacto tono negruzco que presentaba últimamente.

El Ayuntamiento la retiró en septiembre de 2014 debido a su mal estado, y durante meses el entonces alcalde, Luis Aragunde estuvo esperando, como el actual gobierno, a conocer qué quería hacer sobre esto la Iglesia. Hasta que en abril, el gobierno municipal apuntó que harían la restauración menos costosa económicamente, que consistía en aplicarle unos productos de conservación, y que supondría un coste de unos 3.700 euros. De hecho, el exalcalde asegura que esa es la decisión que se tomó tras una reunión con el cura párroco José Aldao y con varios miembros de la comisión de propietarios del cementerio.

Aragunde no llegó a hacerlo, y recogió el testigo el cuatripartito. En verano resolvieron la papeleta colocando en el mismo lugar donde estaba el Cristo otro del escultor Francisco Leiro. Éste está pendiente de retirarlo para una exposición en México, y aunque en teoría ya tenía que haberlo retirado para dicha muestra, a día de hoy todavía no lo ha hecho. No obstante, Caamaño admite que no sabe si la obra seguirá estando en las ruinas para la festividad de Difuntos. Lo que sí ya es seguro es que no estará el Cristo restaurado.

En primer lugar tienen que conocer las intenciones del Arzobispado, y posteriormente la pieza deberá permanecer como mínimo dos meses en el taller del restaurador que se encargue de hacer la obra, y eso en el supuesto de que se opte por la opción más barata, que es la de quedarse en un tratamiento meramente conservador.

El cura, José Aldao dijo en su día que era partidario de restaurar la pieza, pero con la condición de que se mejorasen sus condiciones de aislamiento (está prácticamente al descubierto), al considerar que en caso contrario recuperar la imagen sería casi como tirar el dinero al cabo de unos años. Pero es muy difícil que Patrimonio autorice una actuación que mejore el aislamiento de la obra, ya que supondría actuar en un conjunto arquitectónico que es Monumento Nacional desde la década de los 40 del siglo pasado.

La talla, de 400 kilos de peso, la colocó en el ábside de la antigua iglesia de Cambados una familia, como muestra de fe. Se desconoce su autoría, aunque se ha dicho en más de una ocasión que podría ser obra de un abuelo de Francisco Asorey. La obra está en el taller del restaurador cambadés José Manuel Rey Aguiño desde el principio. Fue él quien realizó los informes sobre el estado de la imagen y el coste de arreglarla, que asciende a 3.700 euros si se opta solo por los tratamientos protectores, y a 7.000 si se decide una restauración integral. La talla sufrió las consecuencias de ataques de hongos e insectos, propiciados por un exceso de humedad. Este será el segundo año que la imagen no esté en las ruinas en la festividad de Difuntos. En 2014 se colocó en su lugar una gran foto.