"El 6 de abril cumplí 94 años y gracias a Dios estoy muy bien de aquí", dijo Mª Luisa Llerena señalándose la cabeza al recoger su pin conmemorativo. A sus 94 años, vive sola en su pequeña casa en Pontecesures, ayudada una hora al día por una trabajadora proporcionada por el Concello. Destaca que come de todo, "igual sardinas que tocino" y "nunca me gustó el agua, ni de pequeña, cuando todos metían la cabeza bajo la fuente. Yo al mediodía tomo un vaso de vino", confiesa.

Echa la vista atrás y recuerda que Pontecesures "cambió mucho" en estos 90 años. "Antes había más negocios, y hasta dos cines; a uno le llamaban El Pequerrecho. Donde hoy está la farmacia había un baile donde nos daban empanada y natillas", dice.