La dirección del Partido Socialista a nivel provincial y autonómica intervino ayer en el conflicto abierto en A Illa lanzando un ofrecimiento de diálogo a los representantes de la ejecutiva local con el objetivo de enfriar los caldeados ánimos que existen en el interior de la agrupación isleña. Esa propuesta pasa por un encuentro entre sus integrantes y Santos Héctor (secretario provincial) y Pilar Cancela (secretaria autonómica) para abordar los problemas que han llevado a la agrupación a rebelarse contra los estamentos del partido y buscar una solución que evite la desaparición de uno de los bastiones socialistas en Galicia. El encuentro entre las dos partes se celebrará el próximo martes.

El todavía secretario local de la formación, Manuel Vázquez, fue quien expuso a la asamblea los contactos mantenidos desde las direcciones provincial y autonómica para tratar de abrir una vía de diálogo que evite el cisma que ha iniciado A Illa, pero que podría extenderse como un incendio a varias agrupaciones vecinas, cansadas de ser "ninguneadas" constantemente.

El órdago lanzado desde la ejecutiva local, en la que presentaron la dimisión todos sus integrantes a excepción de Manuel Vázquez, fue ratificado ayer por la asamblea de militantes, que se mostraron dispuestos a abandonar la formación si no varía el rumbo que el partido mantiene, especialmente en la comarca de O Salnés. Durante dos horas, los militantes de A Illa y de otras agrupaciones de la comarca que se sumaron ayer a la protesta, realizaron un recorrido pormenorizado sobre las diferentes situaciones que les han llevado a lanzar este desafío.

En todas ellas se sacó una conclusión: el partido, sobre todo a nivel comarcal, no funciona y se encuentra totalmente desestructurado. En ese aspecto, tuvo un importante protagonismo la figura de la secretaria de organización, la vilagarciana Tania García, a la que se acusa de ignorar por completo a las agrupaciones del resto de municipios de la comarca. Hubo, incluso, voces que no dudaron en afirmar que "para lo que hace, mejor que se vaya para su casa", abogando por cambios importantes en la estructura de la ejecutiva provincial que pasarían por la marcha de la vilagarciana entre otras cuestiones de calado. También hubo miembros que se mostraron abiertamente partidarios de acabar con numerosos años de militancia entregando su carné y abandonando cualquier vínculo con el partido.

En el encuentro que se va a celebrar la próxima semana, la intención es plantear a la cúpula del partido una reformulación de su funcionamiento, dando mayor protagonismo a las pequeñas agrupaciones, totalmente olvidadas desde la dirección. Así lo reconoce el propio Vázquez, que insistió en que "la conclusión principal de la asamblea es que el partido se encuentra moribundo y las pequeñas agrupaciones no tienen ningún tipo de representatividad. Desde esas agrupaciones venimos alertando del malestar y el descontento que existe desde hace tiempo pero siempre se nos traslada el mensaje de que nunca es el momento adecuado, pero entendemos que esta situación debe cortarse de raíz de forma inmediata y darle un cambio importante". Vázquez agradeció a sus compañeros "la sensatez que mostraron en todas sus intervenciones, pese al enfado que existe con la dirección" y espera que "esta situación sirva para reforzar la estructura del partido en el futuro y nos haga todavía más fuertes".

Claves de un desencuentro

Las claves de este desencuentro de A Illa son muchas y variadas y se vienen acumulando desde hace tiempo. Pero las que ayudaron a colmar el vaso de agua arrancan en la designación de diputado provincial, cuando se decidió que sería el vilanovés Javier Dios el que ocuparía el puesto, cuando no le correspondía a esa agrupación ya que lo ostentó durante ocho años en la figura de Rodrigo Santiago. Las agrupaciones de O Salnés eran partidarias de que se premiase el trabajo que venía realizando la candidata de Meis, Marta Giráldez, al que se le dio la espalda.

Continuó con la permisividad que la dirección mantiene con Carmela Silva, cuyo nombramiento como presidenta de la Diputación le obligaba a abandonar el cargo de diputada en el Congreso, un puesto que debería cederse al isleño Manuel Vázquez. Sin embargo, esa dimisión está totalmente descartada mientras a otros miembros del PSOE, como Beatriz Sestayo, se le obligó a escoger entre su puesto de concejal en Ferrol o seguir como diputada autonómica.

Lo que acabó de provocar la rebelión fue que la comarca se quedase sin el número tres en las listas que el PSOE presentará a las próximas elecciones nacionales. De esa decisión se responsabiliza a Vilagarcía, que al no poder incluir a Julio Torrado como candidato en puestos de salida, renunció a cualquier tipo de representatividad por parte de la comarca de O Salnés.