Los vecinos de la parroquia de Curro, en Barro, se han sumado a las voces de las víctimas de accidentes de tráfico en la PO-531 que exigen actuaciones de mejora de la seguridad vial en esta carretera, especialmente en la ya tristemente conocida como "curva de Curro", en el lugar en el que se ubica una gasolinera y un conocido restaurante.
El presidente de la Plataforma de la PO-531, Manuel Corredoira, urgió ayer a la Xunta a ejecutar cuanto antes el proyecto de reforma de la carretera que está paralizado desde hace años debido a la crisis económica o cuando menos a actuar en esa zona.
Corredoira señaló que ya en la reunión que se celebró el pasado 18 de septiembre en Pontevedra solicitó al jefe territorial de Infraestructuras, José Luis Díez, este tipo de medidas de seguridad vial en esta carretera. No obstante, el presidente de la Plataforma considera que el último accidente ocurrido el pasado domingo, que costó al vida a una persona y dejó heridas a otras cuatro, es una muestra más de que las reformas no pueden esperar, especialmente en este tramo. "Somos muchos los vecinos de Barro, por no decir todos, los que acudimos a esa gasolinera a repostar combustible y cualquier día nos van a llevar por delante", afirmaba ayer Corredoira.