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Las medidas de protección logran frenar la presión turística sobre Areoso

La Cofradía de A Illa constató un importante descenso en el número de barcos que no respetan las boyas que rodean el islote -La información en los muelles "funcionó"

Colocación de las boyas de protección en el islote Areoso el pasado mes de junio. // Noé Parga

Las medidas puestas en marcha por la Xunta para evitar el continuo deterioro del islote Areoso parece que comienzan a funcionar. Así lo entienden desde la Cofradía de A Illa, desde donde se reconoce que la presión turística sobre el islote descendió este verano con respecto a años anteriores, ya que la mayor parte de las embarcaciones cumplían la prohibición de atravesar las boyas que delimitaban el paso a barcos a motor.

El propio patrón mayor de A Illa, Juan José Rial Millán, reconocía ayer que "la información que se ha distribuido por los muelles parece que ha funcionado, ya que la gente está más concienciada en respetar las boyas, y sobre todo, la riqueza natural que posee".

De todas formas, no todas las embarcaciones respetaron las normas, especialmente en dos fines de semana de julio, donde los vigilantes de la Cofradía se encontraron "con gente que desoyó sus requerimientos para que abandonasen la zona acotada y amarrasen en las boyas, como hacían el resto de lanchas". Uno de esos fines de semana se resolvió alertando a la Guardia Civil del mar, que tuvo que intervenir para sancionar a los infractores, mientras el otro, al no poder intervenir la lancha del cuerpo de seguridad del Estado, se optó por tomar nota de los folios y remitirlos a las autoridades para la apertura de un expediente.

Las boyas se colocaron en el pasado mes de junio, y este año, por primera vez, fueron financiadas por la Consellería de Medio Ambiente, que se implicó en la protección de un islote que se encuentra seriamente degradado, tanto por el efecto de las mareas como por la presión a la que es sometido por los turistas durante el verano.

Cofradía y Concello de A Illa fueron las dos instituciones que se implicaron en la defensa de un islote que posee un alto valor ecológico, arqueológico y económico para el municipio. En el caso de la Cofradía, todo el entorno que rodea el islote es uno de los bancos marisqueros en concesión más importantes en el número de especies, por lo que cualquier alteración en el hábitat, como las que provocan las hélices de las embarcaciones al remover la arena, puede suponer un duro golpe económico.

Poco a poco, la presión de A Illa ha conseguido que más instituciones se hayan unido a la defensa del islote. En ese aspecto han ayudado los importantes hallazgos arqueológicos que se han detectado en los últimos tiempos, que han llevado a expertos del CSIC, la Universidad británica de Durnham y de la Xunta a realizar varias investigaciones que van a tener continuidad en el futuro. Entre esos hallazgos destaca la localización de cinco mámoas (una de ellas ya desaparecida por el efecto de las mareas), de las que Patrimonio ha tomado la decisión de proteger una con un muro y con otros elementos para evitar que el mar pueda acabar con ella. También un colectivo de vecinos de A Illa aficionados a la arqueología, reunidos entorno al nombre de "Pandulleiros" han presionado a las administraciones para que se estudie el legado que esconde esta pequeña lengua de arena que se encuentra en el corazón de la ría de Arousa.

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