El temporal que en los últimos días azotó a la ría de Arousa no impidió que los mariscadores de a flote de las diferentes cofradías de pescadores se volcaran con la campaña de libre marisqueo. Prueba de ello es que ayer fueron despachadas para realizar esta actividad 636 embarcaciones, es decir, 69 más que el jueves, cuando se ponía en marcha la temporada, y 28 más que el viernes.

El hecho de que el número de participantes siga en aumento -en cada nave suelen trabajar uno, dos o tres tripulantes- confirma que el arranque del libre marisqueo está siendo bueno, y eso a pesar de que la mortandad de berberecho en Os Lombos do Ulla mantiene hipotecado éste que, a lo largo de la historia, siempre fue el banco más importante de la ría.

Pero sin berberecho que llevar a bordo, y a puerto, buena está siendo la respuesta de la almeja, y eso se nota cada mañana, cuando las embarcaciones regresan a tierra tras faenar en las zonas comunes de la ría.

Lógicamente el sector se siente atraído por este arranque de campaña caracterizado por la abundancia de producto, pues se están obteniendo los topes establecidos; la calidad del mismo, sobre todo al detectarse almeja babosa de gran tamaño; y los importantes precios que se barajan para los bivalvos en lonja, con especies como la almeja fina a casi 46 euros el kilogramo y la almeja babosa a más de 23 euros.

Con estos antecedentes no es extraño que el número de barcos aumente, aunque descienda en Os Lombos, donde el primer día se reunieron 98 buques y ayer solo 73. La ausencia de berberecho tiene la culpa.

Mientras tanto Cabío se mantiene, con 90 naves en la primera jornada y 92 despachadas para la de ayer; y algo parecido sucede en las definidas como "otras zonas" de libre marisqueo, que pasaron de recibir 118 naves el primer día de campaña a 108 durante la mañana de ayer.

Donde realmente se nota el tirón es en O Bohído, el banco situado a caballo entre A Illa, Cambados y Vilanova, donde abrieron la campaña 261 barcos y ayer se dieron cita 363.

Hay que puntualizar que a los barcos que se sumaron a la actividad en esas zonas desplazándose desde otras, atraídos por los buenos resultados, hay que añadir los de aquellos otros armadores que prefirieron agotar la semana pasada con las artes o aparejos que habían utilizado en semanas previas y que prefirieron esperar hasta ayer para incorporarse al libre marisqueo en la ría.

Está por ver ahora hasta cuándo podrá soportar O Bohído la presión ejercida por los rañeiros.