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Dani García: "Todas mis actuaciones poseen algo de ilusionismo como elemento imprescindible"

El artista actuó la pasada tarde en el Salón García con su nuevo espectáculo "Volta á maxia"

El mago Dani García durante una actuación reciente en una calle vilagarciana. // Iñaki Abella

El ilusionista Dani García reinventa a sus personajes sin perder la esencia de sus funciones. Después de tiempo representando en la calle a Don Gelati, que protagonizó sus actuaciones durante el Festiclown celebrado en agosto en Vilagarcía, este joven de Neda presentó ayer en la capital arousana su espectáculo "Volta á maxia", un show dirigido especialmente al público infantil. García cuenta con una amplia trayectoria y una extensa formación que dedica, sobre todo, al mundo del ilusionismo, que aparece siempre en sus proyectos.

-Con este espectáculo ha regresado a las salas después de varios años dedicado a la magia en la calle ¿Qué escenario prefiere para representar sus obras?

-Me gustan las dos propuestas, pero no puedo negar que se trata de actuaciones distintas. En una sala acondicionada para estas actividades da la impresión de que todo está preparado y existe un control. Además, sabes que el público no está allí por casualidad, ha elegido ese espectáculo y te va a dar una oportunidad. La calle, en cambio, es más imprevisible. Puede hacer frío, sol o lluvia, y la gente pasa continuamente por allí y se encuentra una actuación. Esas circunstancias provocan que uno se active más y juegue con todos los elementos que tiene a su alrededor. Al mismo tiempo, se convierte de esa manera en el espectáculo más democrático que existe, porque cualquiera que lo desee dispone de la ocasión de presenciarlo, sin olvidar que se trata de un espacio abierto en el que cabemos todos. Por eso la calle nunca ha dejado de ser el mayor teatro del planeta.

-Se ha centrado en ofrecer, sobre todo, números de magia. ¿Cómo describe este nuevo proyecto?

-Lo que procuro es plasmar sobre el escenario más de 15 de años de trabajo dedicados a este sector. Incluyo muchas de las cosas que he aprendido y que han formado parte de mis funciones. Hay aspectos que me ha costado desarrollar, y me he esforzado en mejorar en todo ello. También me parece importante interactuar con los espectadores, creo que deben tocar y vivir en primera persona lo que está ocurriendo para sacar más partido de esa experiencia. En este caso, el show está pensado para un público infantil y, en general, familiar, porque los acompañantes de los niños también pueden disfrutarlo. Los más pequeños, además, no visten los prejuicios de los adultos, así que tienes frente a ti al público más sincero.

-¿Qué faceta del clown se ajusta más a sus características?

-Me gusta considerarme un comediante en el sentido más clásico del término, el que hace referencia a alguien que domina varias disciplinas. Es complicado definirlo. Intento llevar dentro a un actor, a un cómico, a un payaso... Pero diría que soy principalmente un mago. La única condición común a todos mis espectáculos es que contengan algo de ilusionismo.

-El momento actual, con todas las complicaciones surgidas a raíz de la crisis económica, ¿es más difícil de lo habitual para quienes viven de esta profesión?

-Nunca ha sido fácil, pero no hay mal momento. Hay que crear las circunstancias adecuadas con dedicación, esfuerzo y constancia. Las crisis nos dinamizan, nos empujan a usar más el ingenio y a pelear para ver qué somos capaces de conseguir. La clave es mantenerse activo y no dejar de luchar. Eso es lo que hace que me levante, porque triunfar no consiste en subirse a grandes escenarios y actuar ante miles de personas, sino en superarse y encontrarse a gusto con lo que uno hace.

-Empezó a realizar actividades relacionadas con el mundo del clown cuando era un adolescente. ¿Alguna vez se ha planteado seguir un camino distinto?

-Sí, lo he pensado. Mi caso es bastante atípico. En su momento fue algo que me apetecía, que surgía de manera inconsciente y a los 18 o 20 años se convirtió en mi trabajo. Pero he ido descubriendo otras actividades que me llenan. Una de ellas es la carpintería, y dispongo de un taller dedicado a ello, pero quiero que ese oficio siga siendo un hobby para mí.

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