Sobre las grabaciones, los afectados alegan que no cogían la almeja para venderla ellos y sacar un beneficio, sino para facturársela a la lonja, y que en cualquier caso la grabación con cámara oculta fue ilegal, al no estar señalizada la zona con la existencia de dichos aparatos.

Se trata de trabajadores con mucha experiencia en la lonja. Así, uno de ellos trabajaba en la misma desde septiembre de 1996, contaba con un contrato indefinido y era uno de los jefes de subastas, por lo que ingresaba unos 30.700 euros brutos al año. Otro de los afectados es un oficial de primera, vinculado a la cofradía de Cambados desde 1997 (con contrato indefinido y un salario bruto de 25.900 euros), y el tercero es un peón que empezó a trabajar en la lonja de Tragove en 2009 y que estaba cobrando poco más de 15.000 euros al año.

Según la carta de despido que la cofradía remitió a uno de los afectados, estos habrían vendido almeja de forma ilegal en varias ocasiones diferentes y por un montante superior a los 500 euros entre el 9 de julio y mediados de agosto, que es la época de más trabajo en la hostelería. El pósito, en cuya carta de despido está citado también un restaurante de Cambados, apunta asimismo que pondrá los hechos en conocimiento de los juzgados al considerar que se ha producido un delito continuado de hurto o apropiación indebida, que los cesados niegan.