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Ravella descarta ahora A Peixería y reubica a las labradoras en el piso superior y en la calle

El recinto cubierto está ocupado con actividades - Las jubiladas rechazan vender en la primera planta del mercado - Dimite el portavoz de la asociación por la división entre las agricultoras

A la izqueirda, el exportavoz de las vendedoras de verdura, José Fernández, en el Concello. // Iñaki Abella

Enfrentamientos y hasta una dimisión arrecian la polémica en la plaza de la verdura de Vilagarcía por la reubicación de las labradoras con motivo de las obras que comienzan el lunes. En un principio, el Concello había ofrecido a las vendedoras trasladarse a la Praza da Peixería, un emplazamiento cubierto y accesible donde cabrían todas. Pero ahora Ravella descarta esta alternativa "dado que existían otras demandas de este espacio por parte de distintos colectivos para la organización de actividades". Además, el gobierno socialista añade que A Peixería "presentaba problemas para las labores de carga y descarga de las campesinas debido a los puestos de los vendedoras ambulantes del mercadillo".

Finalmente las labradoras se repartirán en dos ubicaciones: las que están dadas de alta en la Seguridad Social deberán montar sus puestos en el exterior de la plaza, y las jubiladas en el piso superior, una ubicación que estas mujeres que van a la plaza los martes y sábados a vender los excedentes de su huerto rechazan de forma tajante porque auguran que no van a tener clientes, tal y como ya expusieron a FARO hace unos días.

Esta división interna entre las vendedoras en activo y las retiradas es la razón que ha llevado al portavoz de la asociación de la plaza de la verdura, José Fernández, a tirar la toalla después de más de un año defendiendo los derechos de las labradoras y promocionando la huerta de O Salnés con distintas actividades. De hecho estaba trabajando en la creación de una marca de calidad propia, en organizar visitas a las fincas y en preparar los actos del 50 aniversario de la plaza, entre otros proyectos encaminados a convertir la plaza de la verdura de Vilagarcía en un referente.

Pero José Fernández ha renunciado. Y su decisión parece irrevocable. "O soy el abogado de todas o de ninguna", afirma en alusión al conflicto entre las campesinas dadas de altas en la Seguridad Social y las jubiladas, a las que la ley le permite vender verdura siempre y cuando no ingresen por esa actividad más de un determinado porcentaje de sus pensiones.

En este sentido, desde el gobierno local consideran que la repercusión del traslado "será mínima" porque debido a que las agricultoras solo venden los martes y sábados, coincidiendo con los días de mercadillo, deberán estar en el emplazamiento provisional durante ocho jornadas.

En cuanto a las versiones distintas ofrecidas por el ya exportavoz de la asociación de labradoras y el Concello acerca de la Praza da Peixería, Fernández aclara que su intención no fue enfrentarse con el Ayuntamiento. Con tantos frentes abiertos (Concello, división interna de las vendedoras de verdura, y críticas al colectivo por parte de los concesionarios del mercado), el abogado ha preferido echarse a un lado.

Las obras de la plaza de la verdura fueron adjudicadas por 73.020 euros a la empresa Marco. La actuación, que mejorará tanto el interior como el exterior del edificio inaugurado en 1966, está costeada en un 70% por la Xunta y en un 30% por el Concello. Ravella recuerda que las vendedoras del pabellón "no aportan ninguna suma para la realización de estas obras que sí repercutirán positivamente en su actividad, ya que el objetivo de las mismas es modernizar y mejorar las instalaciones y hacerlas más cómodas y atractivas, tanto para ellas como para sus clientes".

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