La oposición municipal de O Grove pidió informes detallados al gobierno, e incluso la creación de una comisión informativa, para analizar el polémico proceso de contratación de los voluntarios de la Festa do Marisco y el concurso de adjudicación del servicio de cafetería que va a prestarse dentro del recinto ferial de O Corgo. El ejecutivo socialista, por contra, habla de ejemplo de transparencia, defiende la actuación realizada e incluso asegura que se ha actuado con más rigurosidad que nunca.

"No queremos adjudicaciones a dedo como las que se hacían antes", "hemos dado la oportunidad de participar a todos" o "la oposición se preocupa ahora por cuestiones que no le preocupaban en años anteriores" fueron algunas de las reflexiones lanzadas por Emma Torres, que en el pleno del lunes se tomó la licencia de vacilar a los grupos opositores y actuó como jefa de filas socialista.

La concejala, cuyo liderazgo en el ejecutivo parece fuera de toda duda, reconoció que el reglamento aprobado en 2004 para seleccionar al personal voluntario que trabaja y cobra en la Festa do Marisco no es un modelo que agrade al gobierno, pero por falta de tiempo se aplicó también este año.

Añadió que "como requisito primordial" se dio prioridad a la contratación de desempleados e incluso estudiantes, presentándose 147 solicitudes, de las que solo se rechazó una. Entre esos candidatos admitidos había 110 desempleados y 18 personas cuyo contrato finaliza hoy.

El siguiente paso fue dar prioridad a las solicitudes de vecinos de O Grove, y dado que había hogares que presentaban varios aspirantes, se trató de hacer una criba para beneficiar al mayor número posible de familias.

Según Emma Torres, el siguiente paso fue priorizar a los desempleados sobre los estudiantes y establecer cuatro áreas de trabajo o contratación: la de cocina, cajas de expedición de tickets, mantenimiento y turismo.

Así las cosas, "por falta de tiempo" para formar a los aspirantes, en el área de cocina se decidió dar prioridad a aquellos que ya participaran en fiestas anteriores o tengan experiencia en el sector, mientras que en la selección de los voluntarios para las cajas se acordó repartir los puestos al 50% entre hombres y mujeres.

En lo concerniente al otro foco de polémica, el de la adjudicación de la cafetería de la fiesta a Francisco Álvarez ("Pacucho"), número 9 de la lista socialista y miembro de su ejecutiva, Emma Torres presumió del concurso llevado a cabo, tanto por la "igualdad de oportunidades" que dio a todos los empresarios interesados como por el hecho de que "hasta ahora esa cafetería se entregaba a dedo". Además la edil resalta que el adjudicatario "va a aportar 6.000 euros".

Retraso con el programa

También habló del retraso acumulado en la presentación del programa oficial y reconoció que existió excesiva demora. Pero la justificó diciendo que se produjo la tardanza "porque estábamos buscando la forma de ahorrar 5.000 euros".

Llevando la voz cantante de su grupo, incluso más que el propio Cacabelos, Emma Torres recriminó a Alfredo Bea que ahora pida una comisión de investigación sobre la fiesta y que, sin embargo, ésta no funcionara en el anterior mandato, cuando el galeguista era parte del gobierno.

Pero esta vez la concejala no lo pudo hacer callar, ya que Bea le reprochó que si quería una comisión de investigación en el anterior mandato tenía que haber sido ella, que entonces estaba en las filas opositoras, la que tenía que haberla solicitado.

Rendición de cuentas

Aprovechó Emma Torres para decir que las cuentas de la Festa do Marisco se harán públicas en cuanto finalice el evento.

Y ese informe económico sobre gastos e ingresos "se comparará con las cuentas de 2014", cuando aún gobernaba el tripartito del conservador Miguel Pérez. "Van a mostrarse por primera vez, para que los vecinos sepan dónde nos gastamos el dinero", espetó Torres.

En otro orden de cosas, el alcalde defendió en el pleno las polémicas obras de la carretera do Conde y aseguró que van a seguir adelante porque considera que mejoran la fase ejecutada por el anterior gobierno. Incluso anuncia la instalación de un badén para obligar a reducir la velocidad de los vehículos.